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LA ÚLTIMA POLÉMICA, CON HILLARY CLINTON
Ni los más poderosos están a salvo del ciber-espionaje
Los e-mails pueden ser también origen de graves escándalos de ciber-espionaje. La filtración de correos -a través de hackers- ha puesto en apuros a más de un personaje relevante. El último caso lo protagoniza el Partido Demócrata de EEUU, que acusa del hackeo a espías rusos.
Quedan al descubierto los agujeros de seguridad de algunas de las comunicaciones oficiales, teóricamente las más seguras del mundo. Es sencillo comprobar lo vulnerable que puede llegar a ser nuestro correo personal. Los hackers escuchan el tráfico que sale de una red privada y lo analizan.
Y como no esté convenientemente protegida, son capaces de descubrir el usuario, la contraseña y cualquier otra información. Según los expertos, hackeas el e-mail de un particular es sencillo, pero los correos robados del Partido de Hillary Clinton tenían muchas más barreras de seguridad.
Los atacantes han tenido acceso libre durante más de un año a información interna, con un objetivo meramente político. Y el método, según los expertos, muy sofisticado. Algunos apuntan directamente a Rusia y a una campaña de ciber-espionaje.
¿Los agresores? Cualquiera puede ciber-atacar: desde mafias a gobiernos. No es la primera vez que los dispositivos tecnológicos de un político quedan al descubierto: de hecho nadie está a salvo, ni siquiera el presidente Obama al que le robaron virtualmente la agenda.
El teléfono de Merkel fue espiado. Pero los expertos indican que hay algoritmos de cifrado muy robusto, pero hasta el más robusto puede llegar a ser descifrado en algún momento.
Paradójicamente, tecnologías consideradas ya obsoletas como móviles antiguos sin tráfico de datos, o los SMS, son mucho más seguros que los teléfonos inteligentes de última generación.
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