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RUSIA Y EEUU DISCREPAN SOBRE CÓMO ACTUAR EN SIRIA

Bashar Al Asad, problema y solución del conflicto sirio

El actual presidente sirio, Bashar Al Asad causa controversia entre los gobiernos occidentales. Por una parte se le responsabiliza de un conflicto que deja ya más de 300.000 muertes y más de nueve millones de refugiados, sin embargo, expertos creen que su participación en la guerra es necesaria, pues es quien puede acabar con Estado Islámico.

Al presidente de Siria, Bashar Al Asad, se le responsabiliza de un conflicto con más de 300.000 muertes, más de 9 millones de refugiados y la destrucción total de infraestructuras y ciudades enteras. Sin embargo, muchos no conciben una salida sin su participación en esta guerra.

José Luis Orella, profesor de Historia Contemporánea de la Universidad San Pablo CEU, asegura que "lo que está concibiendo es que cambie la situación internacional y que pueda ser de utilidad para sostenerse, frente a la islamización de la oposición. Cuanto más radical sea la oposición más favorece su postura, vamos a decir, moderado y en cambio va desapareciendo su imagen de dictador sangriento."

Oftalmólogo, educado en Reino Unido, hereda el poder en el 2000 tras la muerte accidental de su hermano.  Apoyado por su cosmopolita esposa, Bashar Al-Asad intenta hacer creer al mundo que traerá la apertura de Siria tras la dictadura de su padre. Sin embargo, la represión durante las protestas de la Primavera Árabe degeneraron en una guerra que está a punto de cumplir cinco años. Un conflicto en el que el número de enemigos se ha multiplicado y donde ha entrado el autodenominado Estado Eslámico. Es precisamente el intento de combatir esta organización lo que convierte a Al Asad de un personaje imprescindible dentro del conflicto.

"Europa sabe que para acabar con Estado Islámico se hace imprescindible una fuerza terrestre, pero ningún país europeo va a poner tropas porque no tiene capacidad social de asumir bajas militares, en cambio Damasco tiene tropas regulares para apoyar ese apoyo terrestre" añade el profesor Orella.

De acabar con los yihadistas, el dilema para la comunidad internacional será qué papel otorgar al dictador Al Asad en un escenario de una Siria sin guerra.

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