Más de 30.000 personas, en su mayoría niños, han acudido a los jardines de la Casa Blanca para celebrar junto al presidente Barack Obama y su familia la carrera anual de los huevos de Pascua, una tradición que se remonta al siglo XIX. Como cada año, la 135 edición del evento contó con la presencia de familias procedentes de cada uno de los 50 Estados de la Unión y del Distrito de Columbia, algunas de ellas del pueblo de Newtown (Connecticut), donde en diciembre pasado un hombre mató a 27 personas, 20 de ellas niños.
En mangas de camisa y bajo el sol primaveral que lució en la capital estadounidense, Obama se mezcló entre los más pequeños para dirigirles y jugar con ellos en las múltiples actividades dispuestas alrededor de las dependencias presidenciales, además de la famosa carrera. Por tandas de alrededor de una decena, los niños desplazaron, en línea recta y únicamente con la ayuda de una larga cuchara de madera, los huevos cocidos coloreados hasta llegar a la meta, procurando siempre que no se rompieran.
"Es maravilloso veros a todos aquí. Sólo quiero daros la bienvenida: vosotros habéis traído el buen tiempo. Ha amanecido algo inestable, pero todos vosotros habéis hecho un buen trabajo mandando un mensaje al de arriba, y ahora podemos gozar de este tiempo genial", dijo Obama a los presentes, en uno de los primeros días primaverales tras un duro invierno en EE.UU.
Al presidente le acompañaron, tanto en el balcón de la Casa Blanca como paseando por los jardines, su esposa, Michelle, sus hijas, Malia y Sasha, el perro de la familia, Bo, y un conejo blanco de Pascua de dimensiones humanas, con quien el presidente se mostró muy amistoso.
La tradicional carrera de los huevos de Pascua en la Casa Blanca la implantó en 1878 el presidente Rutherford B. Hayes, y año tras año se fueron añadiendo nuevas actividades hasta llegar a esta jornada, en la que se contaron cuentos, se jugó al tenis y al baloncesto, se decoraron huevos e incluso se practicó yoga.
Al evento también acudieron destacadas estrellas del deporte, como el jugador de los Washington Wizards John Wall, con quien Obama y varios niños compartieron cancha y lanzaron balones a la canasta. Llamó la atención lo especialmente 'fallón' que estuvo esta vez el presidente de Estados Unidos; se atrevió con un triple y otras cinco ocasiones sin suerte, hasta encestar prácticamente debajo del aro.
El mayor evento anual en las dependencias presidenciales se celebró este año bajo el lema "Sé saludable, sé activo, ¡sé tú!" con el objetivo de promover, como viene haciendo la Primera Dama desde hace tiempo, un estilo de vida sano entre los más pequeños.
Las actividades en los jardines de la Casa Blanca comenzaron con la interpretación del himno nacional por la cantante hispana Jessica Sánchez, y el invitado de honor fue Robbie Novak, un niño negro de apenas 10 años apodado "kid president" (el niño presidente) y considerado un fenómeno mediático en EE.UU.