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NUEVA CONFUSIÓN ENTRE ARTE Y BASURA EN ALEMANIA

Una limpiadora tira a la basura una obra de arte contemporáneo

El debate sobre el arte contemporáneo, sobre si es arte o no, da lugar a veces a situaciones muy embarazosas. La última ha ocurrido en Alemania, donde una empleada de la limpieza ha tirado a la basura una obra de arte porque no sabía que lo era.

 

El montaje de Romana Menze-Kuhn, artista alemana, en la iglesia evangélica Philippuskirche de la ciudad de Mannheim, estaba realizado con mantas térmicas de supervivencia, que simbolizaban, según la autora, "los medios tan escasos con los que se lucha en los rescates en alta mar".

Una reivindicación que terminó en el cubo de la basura porque la empleada de limpieza no creyó que se tratase de una obra de arte e hizo su trabajo. Es un caso insólito, pero no la primera vez que obras valoradas en miles de euros terminan en el contenedor.

En el Museo italiano de Bolzano, una obra de arte que tenía botellas de champán, confeti, y cajetillas de tabaco acabó en la basura después de que los servicios de limpieza decidieran recoger "tanta inmundicia".

Otro ejemplo ocurrió en el Museo de Dourmong, donde un empleado de la limpieza se dedicó a limpiar una escalera y el barreño de albañil que incluía una obra de arte valorada en 800.000 euros.

A otro artista, especializado en utilizar mantequilla para sus trabajos, le pasaron la fregona por 5 kilos de su untuoso material, destrozando así una obra valorada en 20.000 euros.

Algunas pienzas acaban directamente en un contenedor de reciclaje. Incluso un artista fue indemnizado con medio millón de euros por un caso similar.

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