Los conductores suicidas provocan cada año la muerte de una treintena de personas en carretera. La mayoría de las veces, circulan en sentido contrario por un despiste, o una confusión. En otras ocasiones, el conductor suicida está bajo los efectos del alcohol y de las drogas. Ante este peligro repentino en la carretera, en las escuelas de conducción ahora también enseñan cómo reaccionar frente a ellos