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TRAS ADELANTAR LAS ELECCIONES
Susana Díaz, la esperanza del PSOE para frenar a Podemos y afianzarse en Andalucía
Susana Díaz ostenta la presidencia andaluza desde hace 17 meses sin haber pasado por las urnas. Durante este tiempo se ha convertido en un referente del socialismo en el país y se ha distanciado de los casos de corrupción que han salpicado a dirigentes de su partido.
Susana Díaz, que ha convocado elecciones anticipadas en Andalucía, afronta estos comicios como la gran esperanza del PSOE para afianzarse en la comunidad, además de un freno al efecto Podemos, convirtiéndose en la primera dirigente que se mide con el partido de Pablo Iglesias tras las europeas de 2014.
Díaz, de 40 años, candidata del PSOE a la presidencia del Gobierno andaluz, se propone legitimar el próximo 22 de marzo en las urnas la Presidencia que ostenta desde hace 17 meses, tras la renuncia al cargo de Jose Antonio Griñán, lo que la convirtió, tras una carrera meteórica, en la quinta presidenta de Andalucía y en la primera mujer que ocupa el palacio de San Telmo, sede del ejecutivo. Díaz aspira ahora a lograr la mayoría absoluta para gobernar en solitario.
"Ya tengo el cariño de los andaluces, aspiro a que me den también su confianza en las urnas", ha dicho. La dirigente socialista, a la que muchos ven como la futura líder del PSOE y candidata a la presidencia del Gobierno de España, insiste en que su sitio está en el sur, "que el único tren que va a coger es el de Andalucía", en referencia a que no se presentará a las primarias que el PSOE celebrará en julio, que coinciden además con el nacimiento de su primer hijo, previsto para ese mes, embarazo que se conoció la semana pasada.
Su decisión de adelantar las elecciones andaluzas un año justo antes del fin natural de la legislatura lo ha justificado por la pérdida de confianza en su socio de gobierno IU, que -asegura- habría dejado al ejecutivo de coalición en una situación de inestabilidad permanente en los próximos meses.
En esta decisión, según los socialistas, ha influido también los cambios internos en la organización federal de IU, con la elección como candidato a las generales de Alberto Garzón, con el que tiene menos química, por su convergencia con Podemos. Díaz considera los cambios en IU como un "giro radical". Su decisión ha sorprendido a IU, que la considera una afrenta y una "deslealtad" hacia Andalucía, ya que hace sólo un mes aprobaron juntos los presupuestos de la comunidad para este año.
Según los analistas, con este adelanto, Díaz pretende contrarrestar el avance de Podemos, partido que todavía no cuenta con una estructura fuerte en Andalucía. Además, los sondeos sitúan en este momento al PSOE como la primera fuerza en Andalucía, aunque sin mayoría absoluta, lo que es considerado una oportunidad, ya que las últimas elecciones las ganó el PP -por primera vez en Andalucía- aunque sin mayoría suficiente, lo que le impidió gobernar.
Susana Díaz es la política que tiene mayor poder institucional dentro del PSOE, en el que milita desde su etapa en las Juventudes Socialistas. Sevillana, licenciada en Derecho, aunque nunca ha ejercido la profesión, toda su vida profesional ha estado ligada a la política. El primer cargo público que ocupó fue el de concejal del Ayuntamiento de Sevilla de 1999 al 2003, con sólo 25 años, mandato tras el cual fue elegida diputada al Congreso, entre el 2004 y el 2008, y posteriormente parlamentaria en la Cámara andaluza y consejera de la Presidencia e Igualdad.
El 5 de septiembre de 2013 sustituyó a Griñán al frente del Gobierno andaluz. Ha sido secretaria de Organización del PSOE de Andalucía hasta el 2012, y actualmente es la secretaria general de la potente agrupación socialista sevillana. Acostumbrada a la contienda política, es considerada muy hábil para la negociación, además de contundente en sus mensajes.
Ha sido la primera candidata del PSOE a la Junta elegida en unas primarias y, a pesar de que el proceso no se completó al no llegar a las urnas por falta de avales de sus contrincantes, su victoria fue indiscutible, con casi la mitad de apoyos de la militancia.
Durante sus 17 meses al frente del Gobierno andaluz se ha convertido en un referente del socialismo en el país y se ha distanciado de los casos de corrupción que han salpicado a dirigentes de su partido. Las investigaciones judiciales sobre los ERE y las presuntas irregularidades en las ayudas de los cursos de formación y nuevas detenciones e implicados han acompañado también este tiempo de presidencia en Andalucía.
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