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El candidato de CiU por Barcelona, Xavier Trias, ha cumplido los pronósticos de las encuestas y ha ganado a la tercera las elecciones municipales, convirtiéndose en el primer alcalde de la federación que se pondrá al frente del consistorio, tras 32 años consecutivos de gobiernos socialistas.

Por primera vez en la historia de la democracia, CiU puede gobernar en ambos edificios de la Plaza Sant Jaume, después de que las elecciones catalanas del 28 de noviembre catapultaran a Artur Mas a la presidencia de la Generalitat. Apelando al cambio, la victoria de Trias ha hecho realidad el dicho de que "a la tercera va la vencida" con la voluntad ahora de gobernar un máximo de dos legislaturas.

En las elecciones de 2003, las primeras en las que concurrió como cabeza de lista, obtuvo 9 concejales, lejos de los 15 del PSC, y en las de 2007 logró 12 ediles, dos menos que los socialistas. Ahora, Trias tiene diversas opciones a la hora de buscar aliados para gobernar este mandato, aunque durante toda la campaña ha asegurado que quiere gobernar en minoría.

Trias partía como favorito en todas las encuestas, aunque la ventaja que tenía sobre los socialistas era mayor hace pocos meses según la demoscopia, y se ha ido reduciendo a raíz de los recortes anunciados por el Govern.

En su intento de lidiar entre la política de la Generalitat y la defensa de los intereses de Barcelona, Trias ha remarcado que será leal al Govern de Mas pero a la vez se ha posicionado en contra de los recortes.

Precisamente, entre sus primeros compromisos está el de reunirse con Mas para exigirle una financiación correcta para Barcelona para blindar ámbitos como el de los servicios sociales y las ayudas de la Ley de Dependencia.

Trias, que se define como "socialdemócrata" y fiel a su equipo, ha protagonizado una campaña tranquila y de contención dirigida por su 'número 2' en el consistorio barcelonés, Joaquim Forn, intentando que sorpresas e imprevistos de última hora pudieran romper esta tendencia.

Los resultados de este domingo ponen fin a 32 años de ejecutivos socialistas y a los mandatos de Jordi Hereu, que fue elegido alcalde en 2006, coincidiendo con la marcha de Joan Clos al ministerio de Industria. Hace cuatro años, ERC optó por no reeditar el tripartito, y CiU ofreció un pacto al PSC, pero Hereu y los suyos optaron por gobernar desde la izquierda, reeditando su coalición con ICV-EUiA, pese a quedar en minoría.

Trias fue especialmente crítico fue con la consulta de la reforma de la Avenida Diagonal de ahora hace justo un año, en la que los proyectos que proponía el Ayuntamiento fueron derrotados.

Además de reprochar el gasto del equipo de Hereu en informes y publicidad municipal, Trias cargó de forma contundente contra casos como el del hotel del Palau, en el que están imputados el teniente de alcalde, Ramon Garcia Bragado, y el gerente, Ramon Massagué; y contra la presunta trama de corrupción en la concesión de licencias en Ciutat Vella, que se saldó con la salida del fichaje estrella del alcalde en las municipales, la arquitecta Itziar González.

El hasta entonces líder de la oposición en el consistorio también tendió la mano a Hereu y votó la modificación de la ordenanza de civismo para prohibir el nudismo en la calle, la recalificación del Miniestadi y el plan de inmigración, donde el único que se desmarcó fue el PP.

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