Los votos nulos se duplican y los blancos apenas suben

Este índice del voto nulo se ha obtenido con el escrutinio al 99,90 por ciento. Hace cuatro años, el sufragio nulo fue del 0,64 por ciento (165.576 votos), lejos del tope que se alcanzó en 1982, con un porcentaje del 1,95. No se registraba una tasa tan elevada desde 1986, cuando se alcanzó el 1,57 por ciento.

El voto nulo es el que contiene una papeleta alterada, tachada o rasgada y también el que no deja clara la voluntad del elector. En cuanto al sufragio en blanco, el escrutinio arroja un total de 332.763, lo que representa el 1,37% de los emitidos.

El único partido que ha postulado este tipo de sufragio en las elecciones de hoy es Escaños en Blanco, que ha obtenido 97.600 votos en las 23 circunscripciones por las que concurría.

El mayor índice de sufragio en blanco en unas elecciones generales se dio en las de 2000 y 2004, cuando el 1,58% de los ciudadanos dejaron vacío el sobre introducido en la urna. En 2008, el porcentaje bajó al 1,1% (286.182 ciudadanos) del total de las papeletas.

El voto en blanco alcanzó su cota más alta en España en los comicios autonómicos y locales del pasado 22 de mayo, cuando 584.469 electores siguieron esta opción.

Esas elecciones estuvieron marcadas por la irrupción del movimiento de indignados del 15M. En general, se interpreta el voto en blanco como una muestra de descontento hacia la clase política.

En el Senado, con el 97,31 escrutado, las papeletas nulas suman 876.233, un 3,69% una cifra ligeramente mayor a la que se dio en las generales de hace tres años (2,29). Mayor es el porcentaje de sobres en blanco para la Cámara Alta, con 1.226.672, lo que supone el 5,37%, más del doble que en 2008 (2,06).