Así es la España que gobernará el PP tras su triunfo en las elecciones del 20-N

Tras su triunfo en las elecciones, el PP se encuentra una herencia social llena de frentes abiertos que tendrá que solventar a partir de una mayoría absoluta sin necesidad de pactos o coaliciones políticas. Un país con la economía estancada y en recesión con una amplia crisis de deuda. Además, el PP tendrá que enfrentarse a la crisis de la deuda y la reestrición creciente del crédito, uno de los peores escenarios posibles para gestionar una tasa de desempleo de 5 millones de parados, un 45% de los jóvenes de este país.

Las revueltas sociales no ayudarán a paliar compromisos económicos practicamente inasumibles, la previsión de consolidación fiscal o la redución del déficit público al 6% del PIB en 2011. Dadas las circunstacias, medidas como la revisión impositiva o el copago sanitario se presentan como probables.

En el terreno laboral España necesita una reforma que genere una economía menos dependiente del ladrillo y una reestructuración de las cajas que estudie la reducción de sus plantillas. Al nuevo Gobierno también le toca lidiar con la amenaza de los sectores de la Enseñanza y Sanidad de convocar una huelga general y vulneral la ya fragil paz social si el nuevo Gobierno generaliza la política de ajustes puesta ya en marha por las autonomías.

Hasta Madrid llegará la voz más atronadora del independentismo vasco con Amaiur en el parlamento, su próximo objetivo será el asalto electoral a Ajuria Enea en las elecciones autonómicas de 2012. Mientras, ETA mantiene en pie su disolucion y los radicales exigen su amnistia.

En la Generalitat CIU está dispuesto a efectuar su propia balanza fiscal o la inmersión linguística. El partido catalán exigirá al Gobierno una amplia presencia en su política de pactos.

Además, al nuevo Gobierno de Mariano Rajoy le queda pendiente la reforma o eliminación del canon digital declarado ilegal en su actual aplicación en España por el Tribunal de Justicia Europeo. El movimiento del 20-N recrudecerá el conttrol social, aunque el PP ya cuenta con ello.