Dos adolescentes prueban que su amistad va más allá del síndrome de down yendo al baile de fin de curso juntos

En un viaje escolar en quinto curso, cuando tenían diez años, sentaron juntos en el autobús a Mikenzy Snell y Matt Pliska. “Desde ese momento super que sería mi amigo para siempre” explica Snell en una entrevista con The Huffington Post.

Después de años siendo mejores amigos y compartiéndolo todo en el Waupuca High School de Wisconsin, en su penúltimo año de instituto, decidieron ir juntos al baile de fin de curso.  Matt, que tiene síndrome de down y superó en el pasado una leucemia, se adelantó a todos y le pidió a Mikenzy que fuera su cita para el baile con un año de antelación.

Juntos aprovecharon el momento para lanzar un inspirador mensaje, Los amigos de verdad no cuentan los cromosomas de más”. Mickenzy señala que de su amigo admira su visión positiva de la vida además de su “atractiva sonrisa”. Una emotiva noticia que rompe con todos los estereotipos sociales y nos enseña que todos somos iguales.