Publicidad
DIAMOND Y BIBÍ
Un perro salva la vida de un pájaro que yacía inconsciente en el suelo
“Le di agua y algo de comida. Cuando pasó una hora, decidí liberarlo pero antes quería hacerle algunas fotos, así que lo puse en la palma de mi mano”, recuerda Gunnar, el dueño de Diamond, el perro. “De repente, voló en círculos por toda la habitación y se posó en la cabeza de Diamond”.
La historia de Diamond y Bibí ha demostrado que la naturaleza no entiende de diferencias en las especies cuando se trata de un caso de emergencia. El Jack Russell terrier, Diamond, vio algo que le llamó la atención en el balcón de la casa en la que reside. Su dueño, Gunnar, vio cómo el perro comenzaba a señalarle el camino hacia el balcón e insistía en acompañarle.
“Cuando no le seguía, volvía e insistía”, explica Gunnar. Diamond lo condujo hasta el lugar donde podía visualizarse a un pequeño pájaro inconsciente en el suelo. Según informa 'The Dodo', Gunnar pensó que el animal había perdido la vida, por lo que alcanzó una canasta y un papel para envolverlo. Pero en plena acción, el pájaro comenzó a realizar pequeños movimientos, aunque aún con debilidad.
“Le di agua y algo de comida. Cuando pasó una hora, decidí liberarlo pero antes quería hacerle algunas fotos, así que lo puse en la palma de mi mano”, recuerda Gunnar. “De repente, voló en círculos por toda la habitación y se posó en la cabeza de Diamond”.
Posteriormente, volvió a volar y se colocó en un estante, aunque Gunnar decidió recogerlo y así evitar que Bibí, el pájaro, volviese a lastimarse. En ese momento, ocurrió algo que el hombre jamás olvidará. Diamond se acercó al pájaro y comenzó a larmerle el cuerpo en una muestra de cariño, a lo que Bibí reaccionó permaneciendo intacto en el mismo lugar y dejándose acariciar por su nuevo amigo.
Como la recuperación de Bibí parecía haber evolucionado positivamente durante el día, Gunnar decidió soltarlo en el patio exterior de su casa, pero pasó una hora y el animal no se movió del sitio en el que lo dejó bajo la atenta mirada de Diamond. Gunnar decidió volver a meterlo en la canasta con un pedazo de batata.
Bibí sintió la amistad de Diamond tan cálida que se quedó toda la noche en su hogar. Al día siguiente, el pájaro decidió volar pero Gunnar asegura que su perro no lo olvida. “Le pregunté ‘¿Dónde está Bibí?’ y él me miró y corrió hacia el balcón”.
Publicidad