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EN LA ÚLTIMA NOCHE, 23.000 PERSONAS
El Low Festival pone el broche final después de tres días de gamberrismo
Este domingo se ha puesto el broche final de las actuaciones de esta edición del Low Festival con un espíritu no menos gamberro de los británicos Kaiser Chiefs. En la tercera y última jornada, el fetsival ha reunido a más de 23.000 personas, misma cifra de asistentes del pasado viernes, cuando el quinto Low Festival abría sus puertas.
Con un empate se ha resuelto el debate sobre la banda señera del Low Festival entre Vetusta Morla y Love of Lesbian, que han cerrado el turno de grandes actuaciones de esta edición tras un concierto con un espíritu no menos gamberro de los británicos Kaiser Chiefs.
Tras su paso por aquí en 2013, el grupo catalán capitaneado por Santi Balmes era de nuevo uno de los grandes reclamos en este festival de fuerte raigambre nacional (a pesar del sustantivo incremento de bandas internacionales este año) y su nombre en la tercera y última jornada ha atraído a más de 23.000 personas.
Se trata de la misma cifra de asistentes del pasado viernes, cuando el quinto Low Festival abría sus puertas en la Ciudad Deportiva Guillermo Amor con The Hives y Vetusta Morla, que al abrigo de este foro ha visto crecer su trascendencia con un buen puñado de conciertos, casi tantos como ediciones.
Han sido prácticamente tantas como las noches de gloria que ha vivido aquí Love of Lesbian, pero cabía la duda de cómo respondería el público en una edición en la que coincidieran los dos grupos que, con el permiso de Lori Meyers, concentran actualmente el mayor poder de convocatoria del panorama alternativo.
A pesar de la cercanía de su anterior visita, Balmes y los demás no han errado el tiro y la pista del escenario principal se ha vuelto a llenar para saltar y dejarse arrastrar por la vorágine de esa fiesta de amigos en que suelen convertir sus conciertos, en los que lo lúdico es tanto o más importante que lo musical. La excusa para repetir era un nuevo espectáculo en el que, tras la gira de su anterior álbum doble, "La noche eterna.
Lo días no vividos", recuperaban su lado más gamberro, procaz y guarrete -"¡Bienvenidos al mundo del vicio!", gritaba el cantante al inicio-, aunque este aspecto no se haya ido nunca del todo y cueste bastante distinguir una propuesta de otra.
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