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FERIA DE SAN ISIDRO | 03 DE JUNIO
El novillero Juan Miguel corta otra de las orejas de poco peso en San Isidro
El novillero madrileño Juan Miguel cortó la única oreja del festejo de este sábado de la feria de San Isidro, otro de los ya varios trofeos de escaso valor concedidos este abono y que premió, básicamente, la entereza del torero para reponerse de una fea voltereta y la buena estocada con que mató a ese mismo utrero.
La novillada transcurría anodina, sin apenas sobresaltos, con un público frío y silencioso y unos utreros deslucidos que no agradecían los esfuerzos de los noveles.
Hasta que, súbitamente, pero anunciada de antemano para quien siguiera atentamente la lidia, sobrevino la fuerte voltereta que el cuarto le propinó a Juan Miguel.
El novillo, desrazado y distraído casi desde la salida, comenzó a violentarse y a desarrollar peligro a medida que el diestro madrileño, en busca afanosa del triunfo improbable, le acosaba y le obligaba a embestir. Hasta que, por fin, de tanta insistencia, el de Flor de Jara le prendió por la corva y se lo echó a los lomos de forma aparatosa, como lo fue también la fea manera en que Juan Miguel cayó a la arena, con todo el peso sobre su cuello.
Aun así, se repuso el torero, que volvió a la cara del manso, le aguantó varias coladas más y lo mató de una buena y limpia estocada, provocando la reacción emocional del tendido para pedir y conseguir la concesión de esa oreja con tan escasas justificaciones.
Antes, en cambio, se había enfrentado Juan Miguel al mejor novillo de los de la divisa santacolomeña, que fue precisamente el que abrió plaza y que, al revés que todos su hermanos, sí que se empleó y siguió la muleta con nobleza y calidad.
Esta vez al novillero madrileño, que se mostró con limpia corrección durante toda su lidia, le faltó ambición para ligarle más que los apenas tres muletazos que recetó en cada serie y que le hubieran granjeado mayores ovaciones.
El salmantino Alejandro Marcos se despedía esta tarde del escalafón menor en Las Ventas, pues ya tiene anunciada su alternativa para la feria de Santiago de Santander.
Y ese suficiente y necesario oficio para dar el salto se le apreció en la forma de resolver ante un lote de muy pocas facilidades. Ninguno de sus dos novillos tuvo un mínimo de celo y de casta para emplearse tras las telas, sino una medias arrancadas al paso que fueron el escaso material con el que el charro se manejó con sobrado oficio... menos a la hora de matar.
También la deslucida novillada, y en este caso un sobrero de hechuras y comportamiento amoruchado de Dolores Rufino, impidió a Ángel Sánchez estar a la altura de las muchas expectativas que despertó su deslumbrante paso por Las Ventas hace apenas dos meses.
El novillero de Colmenar intentó siempre torear a su lote con aplomo y temple pero casi nunca encontró respuesta positiva a su firme planteamiento entre el vacío de raza generalizado.
Ficha del festejo
Cinco novillos de Flor de Jara y uno de Dolores Rufino (3º), que sustituyó a uno de los titulares devuelto, supuestamente, por flojo y que tuvo un comportamiento amoruchado afín a sus feas hechuras. Los anunciados, de justa presencia, dieron un juego descastado y deslucido y con algunas complicaciones, salvo el primero, noble y con entrega para la muleta.
Juan Miguel, de lila y oro: dos pinchazos, estocada corta delantera y dos descabellos (silencio); estocada (oreja protestada).
Alejandro Marcos, de verde manzana y oro: dos pinchazos, pinchazo hondo y estocada trasera perpendicular (silencio); estocada trasera tendida y descabello (silencio tras aviso).
Ángel Sánchez, de rosa y oro: estocada desprendida (ovación); tres pinchazos y media estocada desprendida (silencio).
Juan Miguel fue atendido en la enfermería de un puntazo corrido en la rodilla derecha con hematoma encapsulado, y contusión cervical pendiente de estudio radiológico, de pronóstico reservado.
Entre las cuadrillas, destacó la excelente brega de Iván García con el sexto, en el que saludó en banderillas Pepín Monge.
Vigésimocuarto festejo de la feria de San Isidro, con dos tercios de entrada en apariencia (18.432 espectadores, según la empresa), en tarde primaveral.
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