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FERIA DE FALLAS 2014 | 14 DE MARZO
Media corrida y dos notables faenas
Sendas orejas para dos gallos como Escribano y Fandiño. El Cid, con el peor lote, inédito e ileso de formidable cogida. Notables los tres primeros Jandillas, flojos los demás de una corrida que se movió.
No tuvo suerte El Cid con el primero de su lote, que fue a menos, brutito en el final de faena. Lo había llevado muy templadito por la derecha, pero no pudo usar su mejor arma, el natural, y todo quedó en nada. Pinchó al topar la espada con una banderilla, y finiquitó sin lucimiento. Silencio tras aviso.
Manuel Escribano, fiel a sí mismo y a su tauromaquia, recibió al toro a la puerta de chiqueros, y se lució tanto en los de recibo como en un largo quite de réplica al idem de Iván Fandiño, quien se había estirado por gaoneras, para arriesgar de nuevo en sendos pares de banderillas, el primero desde el estribo, suerte en la que fue cogido gravemente el año pasado.
Faena un punto larga, pero profunda y bien construida, dando al respetable emoción administrada. Las últimas series por el pitón derecho, largas, muy saboreadas por el de Gerena. El toro, noble, colaborador y con la bravura justa. Una estocada cobrada a ley que cayó algo caída y desprendida dejó el premio en un apéndice.
Saludó de rodillas y largo por verónicas Iván Fandiño al tercero, que en seguida cantó que andaba justo de motor. Lo dejaron crudo en varas, y los banderilleros tuvieron que correr.
En la muleta, el de Orduña empezó repertorio muy quieto por arriba, para después bajar la mano en preciosas trincheras. Ligó bien sendas series en redondo bajo el run run de faena importante. Cambió de mano y cuajó tres series notables al natural antes de volver al pitón derecho para exprimir el fondo de un buen Jandilla.
El cuarto, segundo de El Cid, acusó la falta de fuerza ya desde salida. Cuidado en los primeros tercios, el torero sevillano atacó de inicio en la faena de muleta y éste respondió al nivel de sus hermanos. Mejor por el pitón derecho, tuvo el de Borja Domecq un puntito de genio que llegó con fuerza a los tendidos.
El genio tornó en sentido y acabó cogido El Cid, afortunadamente sin consecuencias, pese a que lo tuvo a merced-. A partir de ahí, avisado el toro y enrabietado el torero, el final de faena se vivió en un ¡ay!. Pinchazo –otra vez- y estocada en lo alto. Vuelta al ruedo tras fuerte petición de oreja.
Cerró faena por bernardinas, pero pinchó arriba antes de cobrar una buena estocada un punto contraria. Una oreja.
Rumboso arranque de faena al quinto, con Escribano enbraguetado y pendiente de agradar. Buen tercio de banderillas, con un formidable par al violín y al quiebro. Se estrelló esta vez el sevillano con el garbanzo negro de la corrida, rajado enseguida. Hubo de rendirse el torero y despedirse del triunfo. Palmas.
El que cerraba plaza flojeó de salida y acabó siendo devuelto a los corrales. El sobrero, del mismo hierro, fue animal a menos, aunque con bondadosa embestida, que en manos de Iván Fandiño pareció mejor. Se fajó el torero vasco con él, y entresacó un buen número de muletazos, que de no haber errado con los aceros le hubiesen abierto la puerta grande.
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