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SEVILLA | SÁBADO DE FAROLILLOS
Padilla se lleva una oreja en una gran tarde con susto y toreo a destajo
El diestro jerezano Juan José Padilla paseó la única oreja concedida en la corrida de la feria de Abril, un festejo de casi tres horas de duración en el que primó el toreo a destajo desplegado por la terna entre un ambiente populista.
La corrida del sábado de feria, ya convertida en un festejo de tinte populista para un público metido en la harina de la feria, comenzó en cambio con un gran sobresalto, un percance que ensombreció el ambiente festivo con la sospecha de la tragedia.Y es que, después de que Juan José Padilla lo recibiera con una larga a portagayola y otras dos más en el tercio, el primer toro de Jandilla prendió de manera seca y certera al jerezano a la altura de la cadera en un lance al delantal, sacudiéndolo aparatosamente en el aire.
Cuando Padilla cayó inerme sobre la arena y las cuadrillas llegaron con alarma al quite, toda la plaza se sumió en un expectante silencio, sólo resuelto cuando, minutos después, vio al torero incorporarse y enfundado en un pantalón vaquero que cubría los destrozos de la taleguilla, maltrecho pero ileso.
Entonces el espíritu de fiesta regresó a los tendidos para atestiguar un festejo de muy larga duración en el que la terna se empeñó en dar pases a destajo para contentar a un público que no buscaba matices sino cualquier justificación para divertirse.
Así que, ante una corrida de Jandilla desigual en todo, que fue también sólo una excusa, comenzó la producción en cadena de toreo aparente, no sin que antes dos espontáneos antitaurinos pusieran la que últimamente va siendo otra de las tópicas notas de color de las corridas.
Padilla estuvo firme con el primero de la tarde después del percance, aun sin llegar a conjuntarse con el animal antes de marrar con los aceros. Pero fue en el cuarto cuando le llegó la recompensa de esa oreja concedida más por simpatía, por el tono festivo de la tarde y por la contundencia de una buena estocada que por la suma de muletazos que, ante un toro más que manejable, no provocaron ni un solo olé en el tendido.
Miguel Abellán hizo los trasteos de más mérito de la tarde al lote menos favorable. Y si ya tuvo que aguantar mucho ante un segundo incierto al que también recibió de rodillas en la puerta de chiqueros, luego consiguió atemperar en varias series de derechazos la destemplada y protestona actitud de un quinto de horrendas hechuras, impropio de una plaza y una feria como esta.
Por su parte, El Fandi se mostró siempre variado y vistoso con el capote y cuajó, sobre todo con el sexto, dos espectaculares tercios de banderillas en un portentoso alarde de facultades.
Pero al tocar el cambio de tercio, los trabajos del granadino con la muleta hicieron caer en picado en entusiasmo del público, que no se removió nunca con el estajanovista y mecánico despliegue de oficio con que el torero fue alargando la corrida hasta muy pasadas las nueve de la noche, cuando ya todos estaba deseando tomar el camino de la feria.
FICHA DEL FESTEJO:
Juan José Padilla: media estocada tendida atravesada y siete descabellos (silencio); estocada (oreja).
Miguel Abellán: estocada (ovación); pinchazo, media estocada atravesada y descabello (silencio).
El Fandi: media estocada baja (ovación tras petición de oreja); pinchazo hondo (ovación).
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