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FERIA DE FALLAS 2015 | 21 DE MARZO
Varea sale a hombros por la puerta grande y pone el broche a la Feria de Fallas
Una faena de temple y clase al sexto de la tarde le valió al castellonense Varea la salida a hombros al final de la novillada que cierra la feria de Fallas de Valencia, que resultó un festejo de gran interés.
Se iba ya la feria sin que la terna de novilleros encontrara una recompensa acorde a sus méritos, cuando llegó el rotundo triunfo de Varea con el último astado que salió al ruedo en este abono de ambiente invernal. La falta de contundencia con la espada había dejado hasta ese momento sólo una oreja en el casillero de Ginés Marín, aunque los tres novilleros habían estado muy por encima de un desrazado, aunque manejable, encierro de El Parralejo.
Pero, esta vez sí, una estocada efectiva al primer intento desató la fuerte petición de las orejas para premiar, sobre todo lo demás, la suavidad del toreo del castellonense Varea, que levantó con él, probablemente, los olés más fuertes de todo el abono.
El novillo sólo ofreció su sosa nobleza y una movilidad de poco celo tras los engaños del diestro de la Plana, que fue quien puso el resto para cuajarle sobre la derecha dos o tres series de muletazos realmente soberbias, por el temple y la intensidad con que acompañó majestuosamente las embestidas con el pecho y la cintura.
Aunque no encontró tanto acople con la izquierda, la faena de Varea fue creciendo en calidad, incluso en un despliegue de adornos y remates finales de idéntica calidad, antes de que Varea cobrara la estocada e hiciera abrir la puerta grande de la plaza por tercera y última vez en el abono fallero.
Con su desfondado primero, al que también meció con cadencia a la verónica, el castellonense ya había alardeado de temple y de suavidad pero sin poder llegar a las mismas cotas que en el último. Ginés Marín obtuvo su oreja del quinto novillo, al que, igual que al desrazado sobrero que lidió en segundo lugar, hizo una faena de largo metraje.
Una vez repuesto de la fuerte voltereta que le propinó el novillo que luego se devolvió por flojo, el joven extremeño se empleó a fondo con un lote que apenas sacó celo ni raza. Sobrado de oficio y de valor, y a veces exigiendo de más a sus utreros, Marín redondeó más y mejor su labor con el quinto, de cuya simple movilidad sacó partido especialmente de mitad de obra en adelante, cuando consiguió una mayor ligazón de los pases.
El valenciano Jorge Expósito se fue de vació tras pinchar varias veces al cuarto, con el que logró los mejores pasajes de su actuación.Si le faltó algo más de entrega con el noble primero, el novillero de Valencia no se dejó nada en el tintero ante el cuarto, ya desde que lo recibió en los mismos medios con el capote a la espalda.
La buena lidia de su cuadrilla ayudó a que la clase del utrero sobresaliera sobre su inicial falta de fuerzas, y gracias a ello Expósito le cuajó un par de series de muletazos muy estimables en un conjunto con altibajos que epilogó con las dos rodillas en tierra en busca de esa oreja que se dejó ir con la espada.
FICHA DEL FESTEJO:
Novillos de El Parralejo -el segundo como sobrero- de desigual presencia, con varios con cuajo de toros al lado de otros más terciados, y de juego manejable en su conjunto, aunque que con muy poco fondo de raza.
Jorge Expósito: estocada desprendida y descabello (ovación tras leve petición de oreja y aviso); dos pinchazos y media trasera caída (ovación tras aviso).
Ginés Marín: estocada delantera contraria y descabello (vuelta al ruedo tras petición de oreja y aviso); estocada tendida (oreja tras aviso).
Varea: media atravesada, pinchazo y estocada contraria (ovación tras aviso); estocada (dos orejas). En cuadrillas, destacó la buena brega de Javier Rodríguez con el cuarto. Raúl Martí y José Manuel Montoliú saludaron en banderillas. La plaza se cubrió en algo más de un tercio de su aforo, en tarde de frío y viento.
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