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A la cuarta llegó la vencida. Tuvo que llegar China, lugar donde ya ganó la pasada temporada, para que Fernando Alonso volviera a degustar el dulce sabor del podio. Para ser el primero de la 'otra Liga' de la F1, superando a los dos Red Bull y quedando por detrás de los Mercedes, que han vuelto a celebrar otro doblete con Nico Rosberg segundo y con Lewis Hamilton primero. Menos mal que el 44 es número de mala suerte en el país asiático...
Y que el 14 tampoco es que les guste demasiado en esa parte del mundo. Pero con el 14, Alonso ha hecho un carrera, un carrerón, digno de un bicampeón del mundo. Desde el apagado del semáforo, cuando ha salido como un tiro incluso tocándose con el Williams de Massa en un golpe sin consecuencias para los dos. Metiendo el morro a Vettel en una curva, a un Vettel que superaría gracias a la brillante decisión estratégica de Ferrari en las primeras paradas.
Desde el muro de la 'Scuderia' precisamente vieron cómo el asturiano dejaba atrás sin el más mínimo problema a un Red Bull que no hace mucho era imbatible para todos y que ahora son uno más. Y desde ahí también vieron cómo ahora los imbatibles son Mercedes, pues Rosberg pasó como un auténtico cohete a Fernando. Sin tan siquiera despeinarse.
Pero la batalla era otra. La batalla era con Daniel Ricciardo, el RB10 más poderoso en este comienzo de temporada. Alonso tiró de calculadora. De veteranía. Guardando neumáticos para cuando quedasen pocas vueltas el sufrimiento de unas gomas con más vueltas fuera el mínimo para ver así por el retrovisor al australiano cuando se pasase por la bandera a cuadros.
Vettel parece otro en 2014
Y así fue. Fernando vio a Ricciardo pasar tras él en el último paso por meta. A Ricciardo, nuevamente el primero de los Red Bull. Porque Vettel no es el mismo Vettel que era hace no demasiado. Porque Vettel, salvo en las primeras vueltas, no pareció tener en ningún momento de la carrera un ritmo ya no para ganar, sino para hacer podio.
Quizá por problemas en su coche, quizá por otro motivo, Sebastian se vio superado. Sebastian se encontró con una situación que seguro ni él mismo imaginaba cuando dominaba el Mundial, cuando ganaba sin sudar a todos cuanto parecían oponerse a su mandato. Ahora ya no sólo ve a sus rivales por el retrovisor, ahora los ve por delante, adelantándole. Algo que hicieron Rosberg y también Ricciardo con un Red Bull que sí va bien en manos del oceánico. Y además Ferrari está despertando.
Y otro doblete de Mercedes
Pero por más que han mejorado tanto Ferrari como Red Bull, los Mercedes siguen en otro nivel. En otra galaxia. No hay de momento nada ni nadie capaz de parar a las dos flechas plateadas. Ni la mala salida de Rosberg, ni el toque que ha tenido con Bottas ni tampoco la ausencia de telemetría del coche del alemán. Ni con esas ha habido alguien que haya podido evitar otro doblete de plata en otro Gran Premio de 2014.
Porque con el único que no ha podido ha sido con Lewis Hamilton, que viendo a su compañero casi fuera de combate ha tenido pista libre para volver a recordar quien es el que manda esta temporada. No ha tenido rival. No ha tenido ni tan siquiera degradación en sus gomas. Ha hecho una carrera como las que hacía Vettel no hace mucho tiempo.
Comodísimo ha estado el británico, viendo por el retrovisor a todos los demás y con la salida como el momento en que más cerca ha tenido a alguno de sus perseguidores. Y así ha logrado una nueva efeméride en su carrera, y es que nunca había logrado Hamilton ganar tres carreras seguidas... hasta ahora. Hasta que ha llegado Mercedes y al igual que hizo en su momento McLaren ha dado a Lewis un coche campeón.
De momento no es líder del Mundial, algo que sigue en manos de Nico Rosberg aunque ya ve a Lewis a sólo cuatro puntos de su liderato. La próxima cita será Barcelona, en el circuito de Montmeló. Alonso corre en casa con un Ferrari que tras cuatro pruebas por fin abre los ojos tras el mal sueño vivido en Baréin.
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