Alonso termina quinto en la victoria de Hamilton sobre Mónaco

El MVP de Montecarlo. Eso fue Fernando Alonso en la carrera del GP de Mónaco. El asturiano concluyó en quinta posición con el McLaren-Honda en una prueba complicada en la que fue capaz de mantener a raya incluso al Mercedes de Nico Rosberg para mostrar que cuando el motor no importa tanto él sigue estando ahí. Con Sainz octavo, los dos españoles sumaron una buena y jugosa cantidad de puntos con Lewis Hamilton en lo más del podio en lo que puede ser el comienzo de su remontada en el Mundial.

Uno que se le ha puesto cuesta arriba. Uno en el que McLaren-Honda está haciendo lo que debió hacer el año pasado: competir. Competir y no mostrar carencias semana a semana tanto en cuestión de potencia como de fiabilidad. Otra vez, Alonso y Button acabaron en los puntos. Sí, ha sido en Mónaco, donde el motor japonés no muestra sus debilidades de manera tan evidente, pero tanto Fernando como Jenson han mostrado solvencia y un carácter de superviviente en la carrera con más abandonos del curso.

Incluso hubo un momento en el que Alonso llegó a rodar tercero. Con buenas elecciones de neumáticos, y con buenas maneras bajo la lluvia con la que empezó la prueba, el asturiano está dejando buenas sensaciones y mostrando un camino que sí se puede andar. Aún queda para llegar a Mercedes, pero dejar atrás a Nico Rosberg y ver desde el retrovisor cómo no puede adelantarte por más que lo intente es una buena señal para McLaren-Honda de cara al futuro.

No tuvo su carrera el germano, justo lo contrario de Hamilton. Lewis lo hizo todo bien. Y eso que parecía que la cosa no iba a ir ni mucho menos bien cuando todos pusieron intermedios y el seguía con lluvia extrema. Pero lo estaba haciendo perfecto. Una estrategia brillante esperando el sol y el secado del asfalto para evitarse una parada. Parada que hizo Ricciardo y que hundió su buen hacer sobre la pista monegasca.

En cuanto Lewis se puso por delante del oceánico, y a pesar de tener los ultrablandos, aguantó todo lo que se podía aguantar. Casi 50 vueltas dieron ambos con las mismas gomas, con unos Pirelli que volvieron a resultar ser auténticas piedras imposibles de desgastar. Poca estrategia hubo en las últimas vueltas, y poca acción en cuanto a adelantamientos. Los que lo intentaban tenían un alto porcentaje de accidente. Y es que los abandonos marcaron, otra vez, Mónaco.

Sainz terminó eso sí. Octavo, pero podía haber sido mucho más. De hecho, hasta podía haber estado en el podio. Carlos volvió a padecer del mal de Toro Rosso, cuando hizo una parada en boxes y cuando, de nuevo, su equipo falló. De no haberlo hecho habría estado por delante de Sergio Pérez, que al final terminó tercero.