Las Unidades de Deshabituación Tabáquica han surgido como un método eficaz para dejar de fumar. Lo primero es ver el nivel de monóxido de carbono en los pulmones del paciente. A partir de aquí el neumólogo establece un tratamiento médico.
Al mismo tiempo se aplica un tratamiento psicológico, para controlar la dependencia al cigarrillo. Aquí se ponen en marcha una serie de técnicas sencillas. Ponemos un ejemplo.
El tratamiento cuesta unos 300 euros, lo que gasta más o menos un fumador durante cuatro meses en cigarrillos.
Y si no les convence, miren esto, es el alquitrán que acumulan los pulmones de un fumador, sólo en un año.