Las obligaba a realizar actos sexuales ante la cámara, bajo la amenaza de matar a sus familia, después les decía que mandaría las imágenes a todos sus contactos de las redes sociales. Era el modus operandi de este ciberacosador. 12 menores declararon haber sido sus víctimas, pero solo se va a juzgar por una de ellas, una niña grancanaria que entonces tenía 14 años. La jueza ha anulado el resto de declaraciones porque entiende que se accedió al ordenador y a la casa del acusado, donde encontraron pornografía infantil, sin autorización judicial.
Se sentará en el banquillo por solo un delito de agresión sexual continuado por el que le piden 4 años. Si se hubiese admitido el resto de víctimas, habrían solicitado 40 años de prisión. Cuando se celebre el juicio y haya sentencia, fiscalía y acusación la recurrirán para que se vuelvan a admitir las pruebas.