Y lo desvalijaron por completo. Antes, o después, con toda tranquilidad comieron, fumaron y bebieron a su antojo. Ha ocurrido en la madrugada de ayer en este bar de la capital tinerfeña. Su dueño, que no ha querido hacer declaraciones asegura que entre mercancía y dinero en efectivo se han podido llevar más de 10 mil euros, aunque todavía esta mañana sigue descubriendo que le falta material. Jamones ibéricos, wiskis de etiqueta, un televisor de plasma, nóminas y efectivo para facturas sin pagar y hasta el regalo para su hijo, arrasaron con todo.
Tuvieron toda la noche para buscar tanto en el bar como en la oficina de la planta alta porque el local carecía de alarma. Nico sigue hoy con el susto en el cuerpo porque fue él mismo quien descubrió el desastre cuando ayer se disponía a abrir.