Arrojados vivos al fondo de un barranco desde una altura no inferior a los 30 metros. Así fueron encontrados una docena de perros. Algunos en avanzado estado de descomposición otros con su cuerpo casi intacto. Todos perros de caza, podencos canarios. Animales que tras acabar la temporada cinegética han sido considerados una carga. Un macabro hallazgo que se producía por unos escaladores mientras hacían deporte en una zona de difícil acceso.
Tras ser identificados dos de los animales la Guardia Civil detuvo a una persona a la que se le imputa un delito de maltrato, en la comparecencia, el acusado reconoció haber arrojado dos de los canes al fondo del barranco. No es la primera vez que se denuncian hechos similares, una práctica habitual de muchos cazadores en las islas según denuncian protectoras de animales.
Addanca, la ONG denunciante se personará como acusación particular, hace tan sólo unos meses ganaban otro caso de maltrato animal continuado.