En la época del Imperio Romano, la púrpura era muy cotizada para tintar tejidos.
Junto al mar, en la bahía de La Concha, los romanos levantaron una rudimentaria factoría para producir púrpura, un elemento de gran valor hace dos mil años. Los arqueólogos han descubierto cinco estructuras, cuatro corresponden a las casas de los trabajadores y la quinta estaba destinada a la producción de la púrpura, que se obtenía de la concha de los numerosos moluscos que se criaban en este paraje, sobre todo caracoles.
La tercera campaña de la excavación que lleva a cabo la Universidad de La Laguna y el Cabildo de Fuerteventura concluye hoy.
Este enclave arqueológico se localizó por casualidad hace dos años, cuando un turista encontró restos de cerámica y de fauna marina.