Más de veinte familias españolas continúan atrapadas en Kiev, en Ucrania, porque sus hijos concebidos mediante maternidad subrogada no son reconocidos como españoles. Hasta el 18 de febrero podían demostrar mediante una prueba de ADN, la relación con el padre, pero desde esa fecha el Gobierno español ha declarado nula la prueba. Llegaron para unos días y ya llevan meses allí. Una de las madres afectadas es canaria.
Nathalie se encuentra atrapada en Ucrania porque la embajada española no reconoce a su hija, concebida mediante maternidad subrogada, como ciudadana de España.
La pequeña Rocío nació el cinco de marzo y sus padres llegaron allí el día 6, pero no pueden volver. Sin embargo el Tribunal Europeo les da la razón y otros ciudadanos no españoles han podido llevarse ya a sus hijos.
Como ella, una veintena de familias pide una solución. Los niños permanecen sin nacionalidad, ni derechos, ni cobertura sanitaria.
El proceso de maternidad subrogada, si sucede sin contratiempos, suele costar una media de 60 mil euros. Ellos, que llevan en Ucrania meses, ven como los gastos se siguen multiplicando.