Hubo quien aprovechó la excusa el eclipse para además subir al Teide y sacar alguna foto en el parque que se encuentra en su máximo esplendor con retamas y tajinastes en flor de allí a buscar un sitio para ver la luna.
Expectación para ver un acontecimiento cuando menos curioso, aunque muchos se temieron lo peor con la aparición de las nubes. más de un millar de personas se agolpaban en las cunetas y miradores de la isla para disfrutarlo. Y aunque la luna era la protagonista el sol nos sorprendió con un precioso atardecer. Poco a poco se colocaron cámaras y telescopios para captar la bóveda celeste. Hubo quien incluso aprovechó para acudir a una clase de astronomía . Y finalmente la luna salió de entre las nubes con su anillo rojizo, efecto de la interposición de la tierra entre el sol y la luna.