El padre quería avivar las llamas de esta barbacoa, se le ocurrió hacerlo con una botella de alcohol. El fuego caminó rápidamente por el chorro, al alcanzarle la mano instintivamente la soltó, la mala fortuna hizo que terminara en el pecho de su hijo.
Ocurrió en esta azotea de esta vivienda en Gáldar, Gran Canaria.
Ahora, está ingresado en el Hospital Doctor Negrín de Gran Canaria, tiene quemaduras de carácter grave, su familia está muy preocupada por su salud. Las llamas también alcanzaron al padre, aunque son heridas leves en las manos y en una pierna.