Perpetuar la vida es el trabajo de este hombre, la Taxidermia, un oficio que lo intenta es conservar durante años la misma apariencia de cuando el animal estaba vivo. El proceso comienza con el vaciado.
Una vez desollado y despojado de sus cuernos, empieza el curtido de la piel, el trabajo más laborioso. Después de pasar un proceso químico, la piel sirve para revestir un molde con la misma forma del animal.
El artesano concluye colocándole unos ojos de cristal y los cuernos.
No hay animal que se le resista. Desde un mosquito pasando por aves o hasta animales domésticos. Este artesano, como le gusta que se le conozca, tiene el reto de disecar este pez de espada de 180 kilos. Una tarea que termina aquí, disecados en la pared de una casa a la mirada de todos.