Parten de un tosco tronco y en cuestión de horas el trozo de madera se convierte en una delicada talla. Toda ella realizada exclusivamente con una motosierra. La misma máquina que lo taló del árbol es la encargada de la mano de un artista en convertirlo en caballito de mar o un fotogénico jefe indio. Alberto tan sólo a marcado a lápiz este tronco de momento lo desbroza y ya comienza a tener imagen de felino
Se mima hasta el último de talle, cualquier corte impreciso puede terminar con horas de arduo trabajo. No hay lugar para realizar correcciones
Estos artistas aseguran que es bastante fácil, algunos ni tan si quiera podríamos arrastrar el tronco del que nace.