Diablo negro

Así analizan la muerte del diablo negro en Tenerife: "No tiene huesos rotos ni mordeduras"

Este ejemplar estaba vivo, nada habitual para un ejemplar que está fuera de su hábitat natural. Pero, al poco de ser rescatado, el diablo negro murió. Ahora analizan las causas de su muerte.

Analizan la muerte del diablo negro en Tenerife

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Tras su terrorífico aspecto, de color negro, boca grande y abierta que deja ver sus afilados dientes, se esconde una especie la mar de inofensiva para el ser humano. No mide más de 7 centímetros y es torpe en la superficie, cuando emerge del mundo abisal desde más de 4.000 metros de profundidad.

Hace unos días un pez diablo negro, también conocido como rape abisal, era avistado en la costa sur de Tenerife. Concretamente a dos kilómetros de la costa del municipio de Guía de Isora y hallado por miembros de la ONG Condrik Tenerife, especializada en la investigación de tiburones y rayas en Canarias.

Las imágenes del ejemplar ha despertado tal interés, que el vídeo ha dado la vuelta al mundo. Este ejemplar estaba vivo, nada habitual para un ejemplar que está fuera de su hábitat natural. Pero, al poco de ser rescatado, el diablo negro murió. Ahora el ejemplar se encuentra en el Museo de Ciencias Naturales (MUNA) de Tenerife. Aquí van a analizar las causas de su muerte. Se trata de una hembra adulta.

El Consejero de Cultura del Cabildo de Tenerife, José Carlos Acha, dice que "todos pensábamos que era enorme, pero es pequeñito y de aspecto feroz, dientes curvos para atrapar presas que viene por la luz". Para el biólogo Alejandro de Vera es "avistamiento es bastante raro"; porque el pez Melanocetus Johnsonii suele estar en grandes llanuras abisales, a unos 4.000-5.000 metros de profundidad. "Estaba vivo pero murió al poco de ser rescatado".

¿Por que estaba ahí?

Fue encontrado en una línea de deriva de superficie. Hay varias hipótesis: puede ser que la corriente pudiera arrastrarlo a la superficie o que estuviese afectado por algún arte de pesca profunda, lo llevase a superficie y no pudiera regresar. "El pez se encuentra en un estado de conservación excelente, no tiene huesos rotos ni mordeduras", apunta el biólogo.

El mundo abisal: un gran desconocido

Fátima Hernández es directora del Museo de Ciencias Naturales de Tenerife y nos cuenta que el diablo negro ya se encuentra en los almacenes del museo, junto a millones de especies, muy solicitadas por los investigadores. Agradece que lo hayan confiado al museo para custodiarlo, que ahora pertenece al patrimonio natural.

De interés científico para la humanidad

"Aquí se están resolviendo muchas de los problemas que están afectando a la humanidad", confirma la directora del museo. Aspectos como el ámbito climático, los pesticidas o algunos patógenos. "El interés que tenemos los biólogos marinos en estudiar las grandes profundidades es enorme. Es el gran desconocido". Investigando estas especies se sabe en qué condiciones viven.

También se ha descubierto el aumento de plástico en el medio marino o, por ejemplo, la concentración de pesticidas en los huevos de determinadas especies. También estudiando el plumaje de las aves y las pieles se está comprobando la existencia de patógenos y epidemias en el pasado, "es el caso de la viruela del mono. Hubo un estudio en pieles de ardillas que aportó la presencia de estos patógenos antes de que esta enfermedad diera la cara, dice la directora, de ahí la importancia de las colecciones históricas".

Y prosigue: "Estamos viendo qué paso hace 100 años y qué está pasando ahora. Nos lo están diciendo estas Colecciones. Esas nuevas especies puedan responder a grandes preguntas".

Alejandro de Vera asegura que "conocemos mejor la luna que nuestros océanos. Tenemos perfectamente cartografiada la luna". Pero estamos ante un medio hostil, tres cuartas partes del planeta Tierra es agua. "A partir de los 200 metros la luz no penetra y la oscuridad es total". Por eso gran parte de lo que hay abajo es un misterio.

Este biólogo argumenta que "siempre están apareciendo especies nuevas para la ciencia, a las que hay que poner nombre". El mundo abisal está rodeado de misterio. Y estas especies, como el diablo negro, parecen resurgir de la ficción para convertirse en realidad, cuando descubrimos su aspecto en las distancias cortas.

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