Día y noche, el Instituto Pasteur de París trabaja en una lucha constante contra el coronavirus, tanto en la identificación de nuevos casos como en la búsqueda de una vacuna, aunque esta puede llegar cuando la epidemia haya remitido.
Varios proyectos han sido retenidos en los laboratorios de la centenaria institución para dedicar fondos y esfuerzos al combate contra una enfermedad que surgió en la provincia china de Hubei y que ha provocado más de 2.000 víctimas mortales. Como otras grandes entidades del mundo, el Pasteur ha puesto su prestigio al servicio del combate contra la enfermedad.
Su equipo ha establecido turnos constantes para que la actividad del laboratorio no se detenga, sobre todo para la identificación de nuevos casos de entre las muestras sospechosas que llegan a sus instalaciones.
El Pasteur ha establecido un protocolo de tratamiento particular, con utensilios descentralizados que facilitan una identificación más cerca del lugar en el que se produce la alerta, lo que ahorra costes y acelera el diagnóstico.
En paralelo, sus investigadores trabajan en la elaboración de una vacuna sobre la base de la que existe para el sarampión, trabajo complementario con el que desarrollan otros laboratorios.
En Australia o Estados Unidos han anunciado que están listos para realizar un ensayo clínico. La Organización Mundial de la Salud estima que el plazo para el desarrollo de una vacuna puede estar entre 12 y 18 meses.
Tratamiento contra el sida
Los facultativos del Hospital Virgen del Rocío de Sevilla han tratado con uno de los fármacos más utilizados frente al sida a un paciente contagiado con SARS-CoV-2. Se trata de la aplicación de lopinavir/ritonavir, también usado para prevenir el VIH, junto al interferón beta, una proteína que ayuda a las células a no ser infectadas, según han confirmado a 'EL PAÍS' fuentes sanitarias.