Asteroides
El astrofísico Javier Armentia, sobre el asteroide 2024 YR4 que podría chocar con la Tierra: "No podemos mandar a Bruce Willis"
El nivel de alerta ha aumentado al nivel 3 de 10 en la Escala de Riesgo de Impacto de Turín, lo que justifica la movilización de organismos internacionales.
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El asteroide 2024 YR4 ha encendido las alarmas a nivel global. Con un 1,5% de probabilidad de impacto el 22 de diciembre de 2032, esta roca espacial de hasta 90 metros de diámetro ha llevado a la ONU a activar por primera vez el Protocolo de Seguridad Planetaria. Ante esta situación, la NASA y la Agencia Espacial Europea (ESA) han convocado reuniones de emergencia para evaluar la amenaza y estudiar posibles soluciones.
Según los cálculos más recientes, la probabilidad de impacto sigue siendo baja (98,5% de posibilidades de que pase sin colisionar). Sin embargo, el nivel de alerta ha aumentado al nivel 3 de 10 en la Escala de Riesgo de Impacto de Turín, lo que justifica la movilización de organismos internacionales.
De acuerdo con los datos recopilados por la ESA, las áreas con mayor posibilidad de impacto incluyen el Océano Pacífico oriental, América del Sur, el Océano Atlántico, África y el sur de Asia, quedando Europa fuera de la zona de riesgo.
"Es interesante que podamos detectar el peligro y pensar colectivamente en cómo afrontarlo"
El astrofísico y exdirector del Planetario de Pamplona, Javier Armentia, ha analizado la situación y considera que, aunque este tipo de eventos son poco frecuentes, es clave contar con protocolos de vigilancia: "Podría decir que estoy poco preocupado. Tenemos muchísimos objetos cercanos a la Tierra y la historia nos muestra que los impactos catastróficos afortunadamente no suceden demasiado. Vivimos en una época relativamente tranquila del sistema solar. Sin embargo, es interesante que podamos detectar el peligro y pensar colectivamente en cómo afrontarlo".
Conforme avanza el análisis de la trayectoria del asteroide, la probabilidad de colisión podría aumentar. "Es lógico que haya variaciones en la estimación inicial. El asteroide fue detectado el 27 de diciembre con el sistema ATLAS, que utiliza telescopios en Hawái, Chile y Sudáfrica para monitorizar más de 36.000 objetos cercanos a la Tierra. Con cada nueva observación podemos precisar mejor su órbita. Estos cuerpos alteran mucho su trayectoria y, de aquí a 2032, podremos conocer con más certeza si la probabilidad aumenta o disminuye", explica Armentia.
Tecnología para desviar asteroides, ¿una posible solución?
Si bien el impacto en una zona habitada podría tener efectos devastadores comparables a los de una bomba atómica, los especialistas en Defensa Planetaria creen que, en caso de colisión, lo más probable es que el asteroide termine cayendo en el océano o en una zona remota del planeta.
"La verdad es que siete años es un margen un poco justo para enviar una nave anti-asteroides"
Para enfrentar este tipo de amenazas, la comunidad científica ha desarrollado sistemas de desviación de asteroides. En 2022, la NASA probó con éxito la misión DART, logrando alterar la trayectoria de un asteroide mediante el choque controlado de una nave robótica. Este método podría aplicarse si se confirma que el YR4 se dirige peligrosamente hacia la Tierra en los próximos años.
Sin embargo, Armentia advierte que el tiempo para desarrollar una misión de este tipo es limitado: "La verdad es que siete años es un margen un poco justo para enviar una nave anti-asteroides, y desde luego no podríamos recurrir a una solución tipo Hollywood como en Armageddon. Sin embargo, la cooperación entre la NASA, la ESA y los organismos internacionales es clave. A diferencia de la crisis climática, donde los gobiernos han mostrado inacción, en este caso hay un plan estructurado y equipos dedicados a la detección y mitigación de impactos potenciales".
El futuro del YR4: incertidumbre y nuevos estudios
Uno de los principales desafíos para los científicos es que el YR4 se está alejando de la Tierra en línea recta, lo que dificulta los cálculos sobre su composición, tamaño exacto y trayectoria. Además, se estima que dejará de ser visible en abril y solo volverá a ser observable en 2028, lo que complica la monitorización continua.
A pesar de la incertidumbre, los expertos confían en que, con nuevas observaciones y análisis, se podrá determinar con mayor precisión si el YR4 representa una verdadera amenaza para la Tierra o si, como en casos anteriores, las probabilidades de impacto disminuirán con el tiempo.
Preparación ante un posible impacto
Armentia destaca que, incluso en el improbable caso de impacto, el daño podría ser limitado: "Aunque el impacto ocurriera, lo más probable es que el objeto explotara en la atmósfera, provocando un daño localizado. En el peor de los casos, podría generar un cráter como el Meteor Crater de Arizona, pero también existe la alta probabilidad de que caiga en el océano, reduciendo el impacto en zonas pobladas".
El astrofísico subraya que el desafío no es solo evitar un impacto, sino gestionar el riesgo de manera efectiva. "El problema real no es solo desviar el asteroide, sino prepararnos para mitigar los efectos en caso de que el impacto sea inevitable. Actualmente, no podemos modificar su trayectoria, pero sí podemos reducir el daño asegurando que, si cae, el impacto no tenga consecuencias catastróficas", puntualiza.
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