Luca contra el cáncer

Bacterias con un "interruptor biológico" capaz de apagar el cáncer

Investigadores chinos han creado bacterias modificadas genéticamente para luchar contra algunos cánceres.

Imagen de archivo de una bacteria

Imagen de archivo de una bacteriaPexels

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Isaac Newton dijo un día: "Lo que conocemos es una gota, lo que no conocemos es un océano" y muestra de ese incesante descubrimiento son los avances que cada día nos sorprenden en el ámbito de la medicina.

Solemos referirnos a las bacterias como el caldo de cultivo de nuestras enfermedades y lo son, pero no hay que olvidar que cuando la humanidad llegó ellas ya estaban aquí, así que probablemente guarden más sabiduría esos microorganismos de los que podemos asimilar. Su conocimiento podría ser la cura de muchos de nuestros males.

Un equipo de investigadores de la Universidad Normal del Este de China ha logrado modificar genéticamente una serie de bacterias para convertirlas en armas de destrucción precisa y segura contra ciertos tumores. Lo ha conseguido a través de un sistema de control inteligente activado por luz infrarroja cercana (NIR).

La imaginación es libre y, puestos a soñar, cada mente volará hacia un lugar distinto, pero ¿qué ocurriría si fuésemos capaces de crear una terapia basada en bacterias personalizadas? El diario The Paper apunta a que este avance de los científicos chinos podría "mejorar significativamente" estos tratamientos al permitir una administración localizada y regulada de fármacos oncológicos.

Estos investigadores diseñaron un sistema optogenético (NETMAP) que mediante la irradiación de luz infrarroja deja modular la expresión genética de bacterias oncolíticas.

Dichas bacterias se modificaron para que tuviesen una especie de 'interruptor biológico' basado en la proteína PadC. Esta proteína responde a la luz y automáticamente activa la producción de fármacos anticancerígenos que actúan directamente sobre el tumor. Con esta administración "personalizada" se reducen los efectos adversos.

Esta investigación, publicada en Nature Cancer, se ha experimentado con ratones y se ha centrado en cánceres de colón, mama o linfoma. Los resultados son muy esperanzadores, ya que la reducción tumoral alcanzada fue hasta del 80%.

Además, en ensayos con xenoinjertos derivados de pacientes se registró una inhibición significativa del crecimiento del tumor y un aumento en la apoptosis de las células cancerígenas.

Antecedentes

Ya en 2011 se calificó de "prometedora" una terapia basada en ondas específicas de luz infrarroja. En aquel entonces se publicó en la revista Nature Medicine que el tratamiento llevado a cabo por científicos estadounidenses no dañaba el tejido adyacente.

Hace 14 años, los científicos del Instituto Nacional de Cáncer, en Maryland, utilizaron un anticuerpo dirigido a proteínas que están en la superficie de células cancerosas. A ese anticuerpo le añadieron un compuesto químico que se activó con los disparos de ondas de luz infrarroja. El resultado ya apuntaba a una reducción significativa del tumor.

En 2018, investigadores de la Universidad de Michigan publicaron un estudio en la revista Molecular Pharmaceutics donde exponían que estaban desarrollando una píldora que ilumina los tumores cuando se exponen a la luz infrarroja.

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