Uno de los efectos del cambio climático será la reaparición de enfermedades infecciosas, según Greenpeace, que actualmente están enterradas bajo los terrenos de congelación perpetua, conocidos como 'permafrost'.
La organización ecologista ha señalado el ejemplo de la Península de Yamal, en la región de Siberia, Rusia, donde las altas temperaturas del verano han provocado un brote de 'antrax' que ha matado a un niño y ha obligado a hospitalizar a cerca de una veintena de personas y evacuar a las familias de la etnia Nénet que pastorean en la zona, para evitar más contagios.
El brote infeccioso se debe a que miles de cadáveres que quedaron enterrados en la tundra rusa durante la Segunda Guerra Mundial, en 1941, han salido a la superficie debido a la destrucción de la tundra por las altas temperaturas.
La bacteria que causa el 'antrax', que había permanecido conservada en los cuerpos sin vida de las víctimas de la última epidemia conocida en la zona, ha salido a la superficie junto con los restos de los animales muertos, provocando un foco de infección.
"El Gobierno de la región de Yamalo-Nenets reconoce que el incidente ha tenido lugar debido al calor extremo: la temperatura media durante casi todo julio ha estado por encima de los 35 ºC", señala la organización.
Greenpeace ha recordado que la superficie de la tierra congelada representa en torno al 25% del área de la Tierra que conserva, además de agua, "grandes cantidades de gases de efecto invernadero como el dióxido de carbono y el metano" que, en caso de derretirse, contribuirían a agravar el incremento de las temperaturas.
"Los científicos advierten de que, si continúa el calentamiento global, puede activar una multitud de otros virus peligrosos. Además, si se derrite la congelación perpetua se abre una nueva vía para que la minería acceda a zonas que anteriormente eran inaccesibles y la retirada de superficies de suelos antiguos que han estado inmóviles, para construir minas, también puede conducir a la extensión de infecciones", aseguran desde la organización.
Por ello, hacen un llamamiento a los políticos para que establezcan como objetivo "prioritario" la reducción "a cero" de las emisiones de gases de efecto invernadero, con el fin de intentar que la temperatura global no aumente más de 1,5 grados. "Ese fue el Acuerdo que celebramos en París el pasado diciembre y la solución para frenar efectos como la reaparición del ántrax", ha subrayado la responsable de la Campaña del Artico de Greenpeace, Pilar Marcos.