La nave Osiris-Rex de la NASA ha logrado tras cuatro horas de maniobras posarse en la inestable superficie del asteroide Bennu para recoger muestras que llegarán a la Tierra tras un largo viaje de 3 años, en 2023.
Es la primera vez que la NASA consigue que una de sus sondas toque tierra en un asteroide. Bennu se encuentra a más de 320 millones de kilómetros de la Tierra y la sonda llegó al asteroide tras un trayecto de más de cuatro años, ya que fue lanzada en septiembre de 2016 de Cabo Cañaveral.
La NASA tendrá que esperar unos días para saber si la muestra recogida es exitosa o no y si es suficiente para devolver la sonda a la Tierra o por lo contrario volver a intentarlo el próximo mes de enero.
"Esta ha sido una hazaña increíble", afirmó en un comunicado de la NASA su administrador asociado de la Dirección de Misiones Científicas, Thomas Zurbuchen.
"Un pedazo -añadió- de roca primordial que ha sido testigo de toda la historia de nuestro sistema solar puede estar ahora listo para volver a casa para generaciones de descubrimientos científicos, y estamos ansiosos por ver qué viene después".