Coronavirus
Las células inmunes contra la Covid-19 se mantienen altas 6 meses después de la vacunación
Las células inmunes contra el coronavirus se mantienen seis meses después de la vacunación, según indica un estudio de la 'Johns Hopkins Medicine'.
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Un estudio realizado por investigadores de la Johns Hopkins Medicine, en Estados Unidos, indican que los linfocitos T CD4+, células del sistema inmunológico, persisten seis meses después de la vacunación del Covid-19 en niveles solo ligeramente reducidos.
El estudio ha sido publicado en 'Clinical Infectious Diseases'. Se indica que se encuentran en niveles significativamente más altos que para aquellos que no están vacunados. Los investigadores también encontraron que las células T que estudiaron reconocen y ayudan a proteger contra la variante Delta del coronavirus.
"La persistencia de estas células T provocadas por la vacuna, junto con el hecho de que son activas contra la variante delta, tiene implicaciones importantes para guiar el desarrollo de la vacuna COVID y determinar la necesidad de refuerzos COVID en el futuro", indican.
Tres momentos en el estudio
Para conseguir los hallazgos, Blankson y sus colegas obtuvieron sangre de 15 participantes del estudio en tres momentos. Esos momentos fueron antes de la vacunación, entre 7 y 17 días después de su segunda dosis de vacuna y seis meses después de la vacunación.
Los linfocitos T CD4+ reciben su apodo de células T auxiliares porque ayudan a otro tipo de célula del sistema inmunológico, el linfocito B, a responder a las proteínas de superficie en virus como el coronavirus.
En el estudio, Blankson y sus colegas encontraron que el número de células T auxiliares que reconocen las proteínas de pico del coronavirus era extremadamente bajo antes de la vacunación, con una mediana de 2,7 unidades formadoras de manchas.
Entre 7 y 14 días después de la vacunación, la frecuencia de las células T aumentó a una mediana de 237 SFU por millón de PBMC. Seis meses después de la vacunación, el nivel se redujo ligeramente a una mediana de 122 SFU por millón de PBMC, una frecuencia de células T aún significativamente más alta que antes de la vacunación.
Aunque el estudio fue limitado debido al pequeño número de participantes, Blankson cree que señala áreas que merecen más investigación.
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