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hallazgo de la Universidad de Wollongong

Científicos se acercan a la posibilidad de crear un robot de metal líquido como el de Terminator

Los investigadores produjeron latidos estimulando electroquímicamente una gota de galio líquido, causando que oscile de manera regular y predecible.

En un logro de gran calado científico, físicos han creado un efecto de 'latido cardíaco' en el metal líquido, lo que hace que el metal vibre rítmicamente de forma similar a un corazón palpitante. Este hallazgo de un equipo de la Universidad de Wollongong, aparece en la edición del 11 de julio de Physical Review Letters, la revista más importante del mundo dedicada a la investigación de la física fundamental. Se inspiraron en el robot que cambia de forma T-1000 de la película Terminator.

Los investigadores produjeron los latidos estimulando electroquímicamente una gota de galio líquido, causando que oscile de manera regular y predecible. El galio (Ga) es un metal plateado blando con un bajo punto de fusión, que se vuelve líquido a temperaturas superiores a 29.7ºC.

El descubrimiento tiene aplicaciones potenciales para temporizadores y actuadores basados en fluidos en músculos artificiales, robótica blanda y circuitos microfluídicos. El profesor Xiaolin Wang, líder de nodo y líder temático en el Centro de Excelencia de ARC para Futuras Tecnologías Electrónicas de Baja Energía (FLEET), dirigió el equipo de investigación del Instituto de Superconductividad y Materiales Electrónicos de la Universidad de Wollongong, dentro del Instituto Australiano de Materiales Innovadores.

"Al diseñar un electrodo especial y aplicar voltaje a gotas de metal líquido, pudimos hacer que el metal se moviera como un corazón latiente", dijo el profesor Wang. Si bien se han creado con anterioridad efectos de latido similares en el mercurio líquido, esto produce un movimiento errático que es difícil de desactivar o controlar. Mercurio tiene la desventaja adicional de ser altamente tóxico.

El galio líquido, por el contrario, no es tóxico y produce un movimiento regular (en frecuencias que van de 30 a 100 latidos por minuto, dependiendo de la influencia de la gravedad y del tamaño de la gota), lo que hace que su uso sea potencialmente mucho mayor.

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