Métodos de estudio
¿Cómo es el método de estudio ideal? ¿Medicamentos sí o no?
Seguro que esta situación os será familiar: llega el momento de enfrentarse a los exámenes finales o a una oposición y tenemos que demostrar nuestro dominio del temario. Todo un reto para cualquier estudiante que necesita más que nunca optimizar su capacidad de retención. Hoy analizamos cómo es el método de estudio ideal y hasta qué punto pueden ayudarnos los medicamentos.
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Podemos empezar esta información con la conclusión: la clave del éxito en el estudio está en la organización, no existen las fórmulas mágicas. Pero, ¿cómo nos podemos organizar para alcanzar el máximo rendimiento? Según los expertos, el mejor método de estudio parte de la planificación, "tanto del tiempo de trabajo como de los descansos" como afirma Paula Lijo, farmacéutica y especialista en salud mental.
Un enfoque que goza de gran aceptación entre estudiantes y expertos es el conocido como método pomodoro, que divide el tiempo en bloques de 25 minutos de estudio seguidos de 5 minutos de descanso. Según Paula Lijó, "el cerebro se mantiene así motivado con la perspectiva de una recompensa".
Este sistema no solo fomenta la concentración, sino que ayuda a evitar el agotamiento mental, una amenaza habitual en épocas de intensa actividad académica. Otra pieza clave es el descanso nocturno. Según la farmacéutica, "es imprescindible dormir, como mínimo, seis horas en cuatro ciclos de hora y media para que la información pase al hipocampo, que es la memoria a medio y largo plazo". El sueño, más allá de ser un descanso físico, es una herramienta fundamental para consolidar los conocimientos adquiridos durante el día.
Un entorno adecuado y personalizado
El lugar de estudio también juega un papel fundamental, aunque no existe una pauta única que funcione para todos. Algunos prefieren la biblioteca, por el ambiente de concentración que ofrece, mientras que otros se sienten más cómodos en casa. "Lo importante es mantener la concentración, sin desplazamientos innecesarios ni pérdidas de tiempo", explica Lijó. Mantener el entorno ordenado y libre de distracciones es vital para optimizar las horas de estudio.
¿Y los medicamentos?
En cuanto al uso de fármacos para mejorar el rendimiento académico, la opinión de los expertos es clara: deben usarse únicamente bajo prescripción médica y en casos estrictamente necesarios. "Los psicofármacos, siempre con receta médica, pueden ayudar a centrarse en la tarea y a mantenerse despiertos, pero no aumentan la capacidad de aprendizaje", subraya Paula Lijó. Además, recalca que su uso debe limitarse al período de exámenes y nunca extenderse más allá de este.
De hecho, el abuso de estimulantes puede tener graves consecuencias. Entre los efectos secundarios más comunes se encuentran las dificultades para dormir, la falta de apetito, la hipertensión y el nerviosismo. Por ello, Lijó advierte que el uso inadecuado de estos medicamentos puede ser más perjudicial que beneficioso.
Una alternativa más sana: relajación y deporte
En lugar de recurrir a medicamentos, muchos expertos recomiendan estrategias más naturales para potenciar el rendimiento y manejar la ansiedad. Las técnicas de relajación, como la meditación o los ejercicios de respiración, pueden ser muy útiles para combatir el estrés.
El deporte también es una excelente herramienta para mejorar la eficacia del tiempo de estudio. El ejercicio físico no solo ayuda a despejar la mente, sino que también estimula la producción de endorfinas, las conocidas "hormonas de la felicidad", que favorecen el bienestar emocional y la motivación.
La clave del éxito: los hábitos saludables
La fórmula para un estudio eficaz no está en los medicamentos, sino en una combinación de organización, descanso adecuado y estrategias naturales para manejar el estrés. Si bien los psicofármacos pueden ser útiles en casos puntuales, su uso debe estar siempre supervisado por un profesional médico. Como afirma la farmacéutica Paula Lijó: "El éxito académico está más relacionado con los hábitos saludables que con los atajos". Una lección práctica que, además de ayudarnos a superar los exámenes, contribuye a nuestro bienestar general.
Así que si quieres conseguir aprobar y no dejarte el ánimo en el camino, toma nota: planifica tu día, descansa, aliméntate de forma saludable, haz deporte y, por supuesto, no te olvides de "hincar los codos" y de mantener una actitud positiva. Ambas acciones te ayudarán también a alcanzar el objetivo.
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