Gracias a la investigación biomédica podemos saber por qué se forma un cáncer o por qué en un momento determinado nuestro cuerpo sufre una degeneración celular.
Pero esta investigación también permite alterar el crecimiento de los seres vivos, como el salmón. Sus detractores lo han bautizado cómo frankipez. Es el primer animal modificado genéticamente para consumo humano. Un salmón que se desarrolla el doble de rápido que su variedad ordinaria y cuyo tamaño también es mayor.
En España cada investigación transgénica pasa antes la evaluación de un comité ético y sólo se permiten crear modelos alterados genéticamente para el estudio de enfermedades.
Pero si EEUU da luz verde podría marcar un importante precedente en la producción de otras especies modificadas para consumo humano, algo que algunos científicos creen que es esencial para poder alimentar a los 9.000 millones de personas que vivirán en el planeta en el 2050.
Aunque todavía hay preguntas por resolver: cómo afectaría el consumo del supersalmón a nuestra salud a largo plazo