Ruptura

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SEGÚN UN ESTUDIO

Creer que estás haciendo algo para superarlo puede ser la clave para olvidar una ruptura sentimental

Un experimento analizó la actividad mental de 40 personas que habían sufrido una ruptura sentimental en los últimos meses. Tras administrarles un placebo, las áreas del cerebro asociadas al rechazo se calmaron y los voluntarios se sentían mejor emocionalmente.

Superar una ruptura amorosa puede ser un largo y duro proceso para algunas personas, que pueden ver ésta como una de las experiencias más negativas a las que se puede enfrentar y puede ser un "importante desencadenante para desarrollar problemas psicológicos", explica Leonie Koban, una investigadora, que señala que ese dolor está asociado a un riesgo 20 veces mayor de desarrollar depresión en el siguiente año a la ruptura.

Sin embargo, un estudio revela la solución para paliar el dolor tras la ruptura. Es tan fácil como creer que estás haciendo algo para ayudarte a superar a tu expareja. Esta acción puede influir en las regiones cerebrales asociadas con la regulación emocional, disminuyendo así la percepción del dolor.

Durante décadas, la investigación ha demostrado que los placebos pueden aliviar algunas dolencias físicas y este estudio ha sido el primero en medir el efecto del placebo en el dolor emocional producido por un rechazo romántico.

Cuarenta voluntarios que habían sufrido una "ruptura romántica no deseada" en los últimos seis meses participaron en este estudio. Les pidieron que llevaran una fotografía de su expareja y una de un buen amigo del mismo género y les pidieron que observaran las fotografías y recordaran cómo habían sido sus rupturas mientras una máquina medía su actividad cerebral que revelaba que aunque no son idénticas, las regiones que se iluminaron durante el dolor físico y el emocional fueron similares, lo que demuestra que el dolor por una ruptura amorosa es real.

En este proceso, les administraron un placebo y a la mitad de los participantes les dijeron que ese medicamento podía reducir el dolor emocional, mientras que al resto les dijeron que se trataba de una solución salina.

Al volver a analizar su actividad cerebral, el grupo que había tomado placebo sentía menos dolor físico y se sentía mejor emocionalmente y además respondió de manera diferente cuando vio una fotografía de su expareja.

La actividad en el área encargada de las emociones aumentó gradualmente y las áreas asociadas al rechazo se calmaron, lo que demuestra que "el simple hecho de saber que estás haciendo algo por ti mismo, da esperanza y puede tener impacto", explica un investigador.

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