El descubrimiento eleva a 1.000 el número de planetas descubiertos gracias al telescopio Kepler, usado por primera vez en 2009, informó el Centro para la Astrofísica (CfA) de la Universidad de Harvard y el Instituto Smithsonian en un comunicado. "La mayoría de estos planetas tienen buenas probabilidades de ser rocosos, como la Tierra", dijo el principal autor del estudio, el investigador del CfA Guillermo Torres, que presentó el hallazgo en la Sociedad Estadounidense de Astronomía.
Los ocho planetas se encuentran en la zona conocida como "Ricitos de Oro (Goldilocks)" de sus estrellas, es decir que "orbitan a una distancia donde el agua líquida puede existir en la superficie del planeta", explicó el CfA. De los ocho, el equipo de investigadores identificó dos similares a la Tierra, identificados como Kepler-438b y Kepler-442b, que "orbitan estrellas enanas rojas que son más pequeñas y más frías que nuestro sol".
Kepler-438b da una vuelta completa a su estrella cada 35 días, tiene un diámetro un 12 % mayor que la Tierra y hay un 70 % de posibilidades de que sea rocoso, según los cálculos del equipo.Mientras, Kepler-442b completa una órbita su estrella cada 112 días, es alrededor de un tercio más grande que la Tierra y tiene un 60 % de posibilidades de ser rocoso.Para estar en una zona habitable, un exoplaneta tiene que recibir más o menos la misma cantidad de luz del Sol que la Tierra, para evitar que el agua se evapore o se congele, recordó el CfA.
En ese sentido, los científicos calculan que el planeta Kepler-442b tiene un 97 % de probabilidades de estar en la zona habitable de su estrella, porque recibe alrededor de dos tercios de la luz solar que obtiene la Tierra. Kepler-438b, por su parte, recibe alrededor de un 40 % más de luz que la Tierra, por lo que tiene un 70 % de posibilidades de estar en una zona habitable."No sabemos con seguridad si alguno de los planetas en nuestra muestra son verdaderamente habitables. Todo lo que podemos decir es que son candidatos prometedores" a albergar vida, afirmó David Kipping, otro de los investigadores del CfA que participaron en el estudio.
Para sus cálculos, precisó Torres, el equipo adoptó "los límites más amplios posibles que pueden llevar de forma plausible a condiciones adecuadas para la vida".La distancia a la que se encuentran los dos planetas hará difícil investigarlos más en profundidad, dado que Kepler-438b se halla a 470 años luz de la Tierra y Kepler-442b está a 1.100 años luz.Antes de este descubrimiento, los dos planetas más parecidos a la Tierra que se conocían eran Kepler-186f, que recibe un 32 % de la luz solar que obtiene nuestro planeta; y Kepler-62f, al que llega un 41 % de la luz que alcanza el globo terrestre.