Un planeta gigante, tan desproporcionado que no debería existir de acuerdo con la teoría de la formación de planetas, ha sido descubierto alrededor de una pequeña estrella distante. La nueva investigación se presenta en un documento aceptado recientemente para su publicación en la revista 'Monthly Notices of the Royal Astronomical Society'.
La existencia del planeta 'monstruo', NGTS-1b, desafía las teorías de formación de planetas que afirman que un planeta de este tamaño no podría formarse alrededor de una estrella tan pequeña. Según estas teorías, las estrellas pequeñas pueden formar fácilmente planetas rocosos, pero no reúnen suficiente material para formar planetas del tamaño de Júpiter.
Sin embargo, NGTS-1b es un gigante de gas; debido a su tamaño y temperatura, el planeta es conocido como un "Júpiter caliente", una clase de planetas que son al menos tan grandes como nuestro propio Júpiter, pero con alrededor de un 20 por ciento menos de masa. Sin embargo, a diferencia de Júpiter, NGTS-1b está muy cerca de su estrella, apenas el 3% de la distancia entre la Tierra y el Sol, y completa una órbita cada 2,6 días, lo que significa que un año en NGTS-1b dura dos años y medio en días de la Tierra.
En contraste, la estrella anfitriona es pequeña, con un radio y una masa la mitad que nuestro sol. El profesor Peter Wheatley, de la Universidad de Warwick, comentó las complicaciones que esto introdujo: "A pesar de ser un planeta monstruo, NGTS-1b fue difícil de encontrar porque su estrella madre es pequeña y débil". Continuó explicando que "pequeñas estrellas como esta enana M roja son en realidad las más comunes en el universo, por lo que es posible que haya muchos de estos planetas gigantes esperando a ser encontrados".
NGTS-1b es el primer planeta en ser detectado por The Next-Generation Transit Survey (o 'NGTS') que emplea una serie de 12 telescopios para recorrer el cielo. Los investigadores hicieron su descubrimiento controlando continuamente parches del cielo nocturno muchos meses, y detectando la luz roja de la estrella con innovadoras cámaras sensibles al rojo. Notaron caídas en la luz de la estrella cada 2,6 días, lo que implica que un planeta estaba en órbita y bloqueaba periódicamente la luz de las estrellas.
Utilizando estos datos, rastrearon la órbita del planeta y calcularon el tamaño, la posición y la masa de NGTS-1b midiendo la velocidad radial de la estrella. De hecho, este método, que mide cuánto se bambolean las estrellas debido al tirón gravitatorio del planeta, fue la mejor forma de medir el tamaño de NGTS-1b.
Daniel Bayliss, autor principal del estudio, también de la Universidad de Warwick, afirma que "el descubrimiento de NGTS-1b fue una completa sorpresa" para el equipo, ya que no se creía que estos planetas masivos existieran alrededor de estrellas tan pequeñas. "Nuestro desafío ahora es importante -dice-. Es descubrir lo comunes que son estos tipos de planetas en la galaxia, y con la nueva instalación de Next-Generation Transit Survey estamos bien posicionados para hacer precisamente eso".