Cada persona tiene una anatomía cerebral única, lo mismo que sucede con las huella dactilares, según ha demostrado un estudio de investigadores de la Universidad de Zurich (UZH). Esta singularidad es el resultado de una combinación de factores genéticos y experiencias de vida individuales.
El grupo de investigadores que trabaja con Lutz Jäncke, profesor de Neuropsicología de la UZH, se preguntó si sucedía lo mismo con el cerebro y si sería posible descubrir a quién pertenece un cerebro a partir de ciertas características anatómicas.
En estudios anteriores, Jäncke ya había podido demostrar que las experiencias individuales y las circunstancias de la vida influyen en la anatomía del cerebro.
Los músicos profesionales, los jugadores de golf o los ajedrecistas, por ejemplo, tienen características particulares en las regiones del cerebro que más utilizan para su actividad especializada. Pero, eventos de menor duración también pueden dejar rastros en el cerebro: si, por ejemplo, el brazo derecho se mantiene quieto durante dos semanas, se reduce el grosor de la corteza cerebral en las áreas responsables de controlar el brazo inmovilizado.
"Sospechamos que esas experiencias que tienen un efecto en el cerebro interactúan con la composición genética para que, a lo largo de los años, cada persona desarrolle una anatomía cerebral completamente individual", explica Jäncke.
Para investigar su hipótesis, Jäncke y su equipo examinaron los cerebros de casi 200 personas mayores sanas utilizando imágenes de resonancia magnética tres veces durante un período de dos años. Se evaluaron más de 450 características anatómicas cerebrales, incluidas las más generales, como el volumen total del cerebro, el grosor de la corteza y los volúmenes de materia gris y blanca. Para cada una de las 191 personas, los investigadores pudieron identificar una combinación individual de características anatómicas específicas del cerebro, por lo que la precisión de identificación, incluso para las características anatómicas cerebrales muy generales, fue superior al 90%.
"Con nuestro estudio pudimos confirmar que la estructura del cerebro de las personas es muy individual -explica Lutz Jäncke sobre los hallazgos-. La combinación de influencias genéticas y no genéticas afecta claramente no solo el funcionamiento del cerebro, sino también su anatomía".
Es improbable que se reemplacen los sensores de huellas digitales por escáneres MRI en el futuro. Las imágenes de resonancia magnética son demasiado costosas y consumen mucho tiempo en comparación con el método probado y simple de tomar huellas dactilares. Sin embargo, un aspecto importante de los hallazgos del estudio para Jäncke es que reflejan los grandes desarrollos realizados en el campo en los últimos años: "Hace apenas 30 años creíamos que el cerebro humano tenía pocas o ninguna característica individual. La identificación personal a través de las características anatómicas del cerebro era inimaginable".