Se les ha caído el pelo pero no todo está perdido. Los calvos cuentan ahora con la regeneración de células madre como posible ayuda para acabar con su alopecia. Un grupo de científicos canadienses ha conseguido, de forma experimental, que a uno de cada cinco de sus pacientes se les haya visto el pelo.
Tras probarlo con éxito en ratones en 2003, el equipo del doctor Kevin McElwee, de la Universidad de Columbia en Canadá, ha llevado a cabo en los últimos años el primer ensayo clínico de inyección de células madre para el tratamiento de la alopecia androgénica (calvicie común), cuyos resultados ha presentado en Barcelona. El investigador canadiense ha implantado en la calva de 19 hombres las células madres de ellos mismos extraídas de su nuca, una zona hormonalmente privilegiada en la que siempre hay bello.
La principal característica de las células madres es que tienen la capacidad de regenerar tejido y, por lo tanto, pueden reparar las zonas que se han quedado sin cabello precisamente porque han dejado de hacer su función ese tipo de células tras recibir un determinado estímulo hormonal. Los resultados, que se han presentado este viernes por primera vez en Europa en el marco de la reunión de la Sociedad Europea de Investigación del Cabello que se celebra en Barcelona, arrojan una regeneración máxima de la zona sin pelo del 19 %, aunque la media de la muestra fue del 6 %.
Con el fin de incrementar esos porcentajes, el doctor McElwee ha explicado que va a impulsar un segundo estudio en Europa y no ha descartado que alguno de los centros participantes sea de Barcelona. Para el investigador de la Universidad de Barcelona, Ramon Grimalt, presidente del Grupo Español de Tricología -ciencia que estudia el cabello-, los resultados, aunque puedan parecer bajos, son "muy esperanzadores" para tratar eficazmente la calvicie común, que afecta al 50 % de los hombres de más de 50 años.
En este sentido, Grimalt ha subrayado que los tratamientos actuales -utópico, oral y quirúrgico- son poco eficaces y su efecto tiene una duración muy corta en el tiempo. La técnica de implantación de células madres, que apenas tiene efectos secundarios, podría suponer un giro definitivo ya que, a diferencia de los otros, este tratamiento ataca el problema de raíz.
Además, se ha observado en ratones a los que se les practicó el implante de células madre que el pelo no dejó de crecer hasta que fallecieron. El problema de la alopecia androgénica no es que el cabello caiga, sino que se hace tan fino que acaba por desaparecer a raíz de un proceso hormonal en el que actúan un conjunto de genes y factores ambientales que la ciencia está investigando.
Sin embargo, cuando se observa que el pelo cae es porque las células madre continúan trabajando para regenerar el tejido, por lo que el cabello volverá a aparecer.