El pasado lunes, una llamarada solar de nivel X1.13 se precipitó de madrugada contra la Tierra. Era la quinta en lo que va de año. Fue causada por la mancha solar 1515, aún más grande que la que ahora nos apunta, quince veces el diámetro de la Tierra.
Las consecuencias de este suceso tardaron ocho minutos en aparecer. Se desencadenaron fuertes interrupciones de radio durante casi una hora, en el este de China y en Japón. La zona más afectada fue el Océano Pacífico, lo que ha provocado “dificultades de comunicación marítimas y en los vuelos oceánicos”.
Además, la Tierra sufrió un bombardeo de protones que desencadenó una tormenta de radiación solar menor. Numerosos astrónomos de todo el mundo vigilan la evolución de la nueva mancha y han obtenido espectaculares imágenes a medida que el Sol rota y la mancha se enfrenta a la Tierra.