Espacio
Hallan un nuevo tipo de objeto estelar, que podría ser un magnetar o una estrella enana
El descubrimiento del objeto podría desafiar nuestra compresión actual de la física de las estrellas de neutrones y los magnetares, que suponen algunos de los elementos más exóticos y extremos del universo. El Instituto de Ciencias del Espacio (ICE-CSIC) ha sido el encargado de la investigación. El hallazgo se ha publicado hoy en la revista Nature.
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Un equipo internacional de investigadores, con la participación del ICE-CSIC y liderado por la Universidad de Curtin y el Centro Internacional para la Investigación de Radioastronomía (ICRAR), acaba de descubrir por radiofrecuencia una nueva clase de objeto solar que podría ser un magnetar de periodo ultralargo, un tipo de estrella poco común que podría producir fuertes estallidos de energía a través de campos magnéticos extremadamente potentes. Sin embargo, también podría tratarse de una enana blanca magnética, que supone una estrella en edad avanzada. El problema para identificar su naturaleza se debe la ausencia de escenarios actuales que expliquen con certeza sus características.
Las ondas de radio más largas detectadas hasta la actualidad
El objeto se descubrió gracias a la utilización de un radiotelescopio llamado Murchison Widefield Array. El elemento se encuentra a 15.000 años luz de la Tierra, en concreto en la constelación Scutum. Pero lo más sorprendente del hallazgo es que emite ondas de radio cada 21 minutos, y si con esa frecuencia se interpreta como un púlsar (una estrella de neutrones con un intenso campo magnético que gira sobre sí misma), se podría tratar de radiomagnetar de periodo más largo jamás detectado.
No obstante, no es el primer emisor de radio de periodo largo descubierto, ya que se detectó otro con anterioridad. Pero este emisor resultó ser solo transitorio y solo brilló en el cielo durante unos meses. Según la investigadora Nanda Rea, segunda autora del estudio, el hecho de haber descubierto dos sistemas de este tipo en tan poco tiempo puede decir que son muy comunes en el universo. Esa interpretación física de los resultados pudo hacerse gracias al seguimiento del objeto con la utilización del Gran Telescopio Canarias (GTC), el telescopìo óptico más grande del mundo, junto con el telescopio de rayos X XMM-Newton de la Agencia Espacial Europea (ESA).
Unos pulsos de radio datados desde 1988
Con las características y coordenadas celestes del objeto, el equipo de investigadores también comenzó ha profundizar en los archivos observacionales de los principales radiotelescopios del mundo. Ahí encontraron registros que revelaban observaciones datadas desde 1988. La razón de que no se notificase el objeto es que los púlsares de periodo largo se han pasado por alto en los sondeos de radio datados hasta la fecha, porque se centran en una región en particular durante un corto periodo de tiempo. Este método es insuficiente para capturar un número suficiente de pulsos consecutivos de los púlsares de periodo largo.
Cabe destacar que otro grupo de investigación del ICE-CSIC ha realizado más simulaciones para predecir cuántos de estos objetos se esperan ver en función de su naturaleza, todavía desconocida. Este estudio complementario se ha publicado en la revista Astrophysical Journal Letter y el equipo principal espera que su investigación podría ayudar a comprender en un futuro la naturaleza de estos misteriosos objetos.
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