Científicos han descubierto en Tonga (Polinesia) el kit de tatuaje más antiguo conocido en el mundo, y ha sorprendido que dos de las cuatro herramientas que lo forman están hechas de hueso humano. La datación por radiocarbono de las piezas determinó que tenían alrededor de 2.700 años de edad, lo que los convierte en los peines para tatuajes confirmados más antiguos encontrados en Oceanía.
La presencia de un bote de tinta que se descubrió originalmente con las herramientas en 1963, que se documentó en ese momento pero que ahora falta, también hace que se trate del kit de tatuaje completo más antiguo descubierto en cualquier parte del mundo.
El profesor asociado Geoffrey Clark de la Escuela de Cultura, Historia e Idioma de la ANJU (Australian National University) afirma que el descubrimiento arroja más luz sobre el largo debate sobre dónde se desarrolló por primera vez el tatuaje de estilo polinesio.
"Estos peines para tatuajes de hueso son un tipo muy específico de tecnología que se encuentra en toda Oceanía", indica en un comunicado el profesor asociado Clark. "La pregunta siempre ha sido si estas herramientas se introdujeron en el Pacífico a través de la migración o se desarrollaron en la Polinesia, donde sabemos que el tatuaje tiene un papel muy importante en la sociedad y se extendió desde allí", añade el investigador, que sostiene que "este descubrimiento hace retroceder la fecha de los tatuajes polinesios hasta los inicios de las culturas polinesias hace unos 2.700 años".
Las herramientas en sí mismas han visto muy pocos cambios en casi 3.000 años, con equipos de tatuajes tradicionales todavía usados en el Pacífico casi idénticos a los ejemplos antiguos.
Michelle Langley, del Centro Australiano de Investigación para la Evolución Humana de Griffith, señala que el descubrimiento de implementos de tatuajes tempranos es excepcionalmente raro.
"Encontrar un kit completo es fenomenal. Rara vez encontramos un kit completo de cualquier tipo de herramientas en el registro arqueológico --explica--. Estos artefactos muestran que el moderno kit de herramientas para tatuadores (peines estrechos de una pieza, mango, mazo, pigmento de carbono, mortero, mano y recipiente de tinta) se usó hace 2.700 años en la Polinesia Occidental.
"El kit probablemente pertenecía a un artista del tatuaje. Se rompió una herramienta y parece que se estaba reparando, por lo que tal vez el kit se dejó atrás accidentalmente o se rompió demasiado como para tomarse la molestia en recuperarlo. Tal vez el tatuador recibió un nuevo juego. La herramienta en sí misma, la forma del peine y la forma en que se usa, no ha cambiado mucho, y es por eso que este hallazgo es tan interesante. Estas herramientas antiguas se siguen usando hoy", explica.
El antiguo kit del tatuador fue excavado en la isla de Tongatapu por Jens Poulsen, entonces en la ANU. Se temía que todo el kit hubiera sido destruido durante los incendios forestales de Canberra en 2003. Aunque los peines de tatuaje se encontraron seguros y sin daños, el bote de tinta no se ha recuperado.
Clark y Langley, quienes son los primeros investigadores en estudiar minuciosamente y fechar el kit, dijeron que las cuatro herramientas de tatuaje están hechas de hueso, dos de una gran ave marina y dos de grandes mamíferos.
"Como no había otros mamíferos de ese tamaño en la isla en ese momento, y se sabe que el hueso humano es un material preferido para hacer peines para tatuajes, creemos que lo más probable es que estén hechos de hueso humano", dice Langley.
"Los peines para tatuajes como estos son importantes para hacer que los complejos diseños lineales sean famosos en Oceanía. Los tatuajes son muy importantes en el Pacífico. Cuando los misioneros cristianos rechazaban los tatuajes en ciertas islas, la gente viajaba a otras islas para hacerse tatuajes, ya que representaban aspectos importantes de sus creencias y tradiciones". La evidencia más antigua sobre la piel tatuada se remonta a más de 5.000 años en la era de las momias en Egipto y el hombre de hielo italiano Otzi, pero las herramientas de tatuaje en estos lugares son en gran parte desconocidas. La investigación ha sido publicada en el 'Journal of Island & Coastal Archaeology (JICA)'.