Esqueleto de una tortuga gigante de la especie Meiolania

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DESCUBRIMIENTO EN OCEANÍA

Los humanos causaron la extinción de las tortugas gigantes hace 3.000 años

Los restos han sido encontrados en una isla de Oceanía. Su extinción se debe a que fueron cazados para comer carne.

Los seres humanos causaron en parte la extinción de unas especies de tortugas gigantes pertenecientes al conjunto de la 'megafauna' (los grandes animales terrestres extinguidos que vivieron pasado el Cretácico y la extinción de los dinosaurios), según un estudio realizado por un equipo de investigadores australianos.

Los científicos descubrieron huesos de pata de tortuga, pero no caparazones ni cráneos, en una isla de Vanuatu (Oceanía). Los huesos databan de 200 años después de la llegada de los humanos y esto sugiere que fueron cazadas para alimentarse.

No obstante, las tortugas sobrevivieron más tiempo que otros animales de la 'megafauna', según indica la BBC. Mientras que se piensa que la megafauna australiana se extinguió hace casi 50.000 años, se cree que estas tortugas sobrevivieron hasta la llegada de los humanos conocidos como 'Lapita'.

En concreto, los autores del estudio, publicado en 'Proceedings of the National Academy of Sciences' (PNAS) y dirigido por el profesor de la Universidad de New South Wales, Matthew Spriggs, encontraron una especie de sepultura repleta de huesos en un lugar de la isla de Efate (Vanuatu) que era el hogar de un asentamiento Lapita.

Las tortugas pertenecerían a unas especies nunca vistas antes del género de la Meiolania, con una longitud de dos metros y medio y con unos grandes cuernos en su cabeza.

Aunque lo que encontraron los investigadores fue los huesos de las patas, la única parte carnosa y comestible. "Es un muy buen ejemplo, tenemos esta increíble bestia sobreviviendo durante decenas de miles de años como una reliquia de esa isla y esas personas llegan y básicamente, desaparecen en unos doscientos años", apunta el profesor de la Universidad de Exeter en Reino Unido, Chris Turney.

Así, explica que "cuando la gente llegó puso a esta población bajo una presión enorme. Quizá no fueron los que le dieron el último golpe, pero añadieron otro nivel de estrés", concluye.

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