Un equipo de investigación liderado por el Centro Milner para la Evolución en la Universidad de Bath, en Inglaterra, ha descubierto fósiles de seis nuevas especies de pterosaurios, reptiles voladores gigantes que volaron sobre las cabezas de los dinosaurios. Su trabajo, publicado en la edición de este martes de 'Plos Biology', revela que, contrariamente a los estudios previos, todavía había una notable diversidad entre los pterosaurios hasta el punto de su extinción, por lo que este linaje murió en su mejor momento.
Los pterosaurios, reptiles prehistóricos conocidos popularmente como pterodáctilos, fueron los primeros voladores entre los dinosaurios. Volando sobre alas de piel sostenidas por un solo dedo enorme, fueron los animales más grandes que alguna vez volaron. Anteriormente, se pensaba que los pterosaurios estaban disminuyendo antes de la extinción masiva al final del periodo Cretácico, que fue causada por un impacto de un asteroide hace 66 millones de años.
Sin embargo, cientos de nuevos fósiles de finales del Cretácico, descubiertos en sitios en el norte de Marruecos, muestran que la región albergaba siete especies de pterosaurios de tres familias diferentes. Se pensaba que la rareza de los fósiles de pterosaurios del final de la era de los dinosaurios significaba que se estaban extinguiendo lentamente; pero el nuevo estudio muestra que los datos habían sido engañosamente sesgados por la escasez de fósiles y que los pterosaurios en ese momento eran en realidad mucho más diversos de lo que se pensaba.
Los nuevos pterosaurios tenían una envergadura que oscilaba entre poco más de dos metros a casi diez metros, casi tres veces más grande que el ave vivo más grande, y pesaron hasta 200 kilogramos. Los fósiles datan de hace poco más de 66 millones de años, al final del periodo Cretácico, convirtiendo a estos pterosaurios en los últimos de su tipo en la Tierra. Además de la diversidad en tamaño, los autores también pudieron demostrar que la especie difería significativamente en la forma y el tamaño de las partes de sus cuerpos (como la forma del pico, la longitud del cuello y las proporciones de las alas), lo que sugiere que ocuparon distintos nichos ecológicos.
"Para crecer tanto y aun así poder volar, los pterosaurios desarrollaron esqueletos increíblemente livianos, con los huesos reduciéndose a tubos huecos de pared delgada como el marco de una bicicleta de carreras de fibra de carbono. Pero desafortunadamente, eso significa que estos huesos son frágiles, por lo que casi ninguno sobrevive como fósiles", asegura el autor principal del estudio, el doctor Nick Longrich, del Centro Milner para la Evolución y del Departamento de Biología y Bioquímica de la Universidad de Bath.
Longrich dice que siempre había encontrado los pterosaurios fascinantes, y como estudiante universitario había soñado con estudiarlos. Años después, en Marruecos, tropezaría con un solo hueso pequeño mezclado con peces fósiles extraídos de una mina de fosfato. "Fue como que se encendió una luz, relata. Recordé la Enciclopedia Ilustrada de Pterosaurios, un libro que prácticamente había memorizado como estudiante y pensé 'es un nyctosaurio'".
No se había demostrado que los nyctosaurios, una familia de pequeños pterosaurios, sobrevivieran hasta el final del Cretácico. Por un presentimiento, buscó más pterosaurios y encontró más especies, incluido 'Tethydraco', un miembro de los pteranodóntidos, una familia que se pensaba que había desaparecido 15 millones de años antes. Además de la única especie encontrada previamente en el área, aparecieron seis especies adicionales. "Creo que hay muchas más especies por encontrar", afirma.
El coautor del estudio, el profesor David Martill, de la Universidad de Portsmouth, en Reino Unido, apunta que se hacen descubrimientos "emocionantes todo el tiempo y, a veces, solo los huesos más pequeños pueden cambiar radicalmente nuestra percepción de la historia de la vida en la Tierra". Por su parte, el doctor Brian Andres, investigador asociado de la Universidad de Texas en Austin, también coautor del estudio, agrega que "los fósiles marroquíes cuentan el último capítulo de la historia de los pterosaurios" y dicen que los pterosaurios dominaron los cielos sobre la tierra y el mar, como lo habían hecho durante los últimos 150 millones de años.
El paleontólogo marroquí Nour-Eddine Jalil, del Museo Nacional de Historia Natural de Francia, comenta que "este es un descubrimiento fabuloso de los pterosaurios de Marruecos". "Nos cuentan su increíble diversidad mientras creíamos que estaban en declive. Los fosfatos marroquíes abren una ventana en un momento clave en la historia de la Tierra, uno que precedió brevemente a la crisis global que barrió, entre otros, a dinosaurios y reptiles marinos", concluye.