Microplásticos

Las lechugas absorben plásticos a través de sus hojas

Una investigación descubre que algunas lechugas que comemos han absorbido microplásticos del aire.

Lechugas

LechugasGetty Images

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Un reciente estudio científico ha revelado un dato inquietante sobre los alimentos que llegan a nuestra mesa: algunas plantas comestibles, como las lechugas, pueden absorber microplásticos directamente del aire a través de sus hojas. Incluso sin necesidad de contacto con el suelo contaminado.

Esta nueva vía de contaminación, identificada por investigadores chinos, amplía la posibilidad de presencia de microplásticos en la cadena alimentaria. Ya se había demostrado que algunos cultivos podían absorber esa contaminación a través del agua y del suelo, pero este hallazgo confirma que el aire contaminado también influye en la absorción de microplásticos.

El experimento expuso cultivos de lechuga en aire contaminado, en distintas zonas urbanas e industriales, detectando concentraciones de entre 7 y 10 nanogramos de microplásticos por gramo de hoja seca. Entre los compuestos identificados destacan el tereftalato de polietileno (PET) y el poliestireno (PS), ambos ampliamente utilizados en envases, botellas y utensilios plásticos de un solo uso.

Nuevo riesgo ambiental y alimentario

Aunque los investigadores subrayan que las cantidades detectadas son bajas, advierten que el hallazgo pone de manifiesto un nuevo riesgo ambiental y alimentario, especialmente relevante en zonas próximas a vertederos o áreas con elevada actividad industrial. Además, abren la puerta a futuros estudios sobre el impacto que estas partículas podrían tener en la salud humana a través de su ingesta continuada.

Todo esto concluye en la necesidad de buscar una solución al problema plástico porque lo cierto es que se prohíbe la producción de productos como las pajitas de plástico y se incentiva el reciclaje por ejemplo, pero no se deja de fabricar material nuevo. En este aspecto solo está en movimiento la negociación de un tratado mundial para reducir la basura plástica en el marco de la ONU, aunque de momento no hay avances. Se prevé una reunión el próximo julio en este sentido.

Este descubrimiento refuerza la creciente preocupación por la omnipresencia de los microplásticos en el entorno, y subraya la urgencia de políticas más estrictas para limitar su producción, dispersión y acumulación. Lo que antes parecía un problema exclusivo de mares y océanos, ahora se revela también en el corazón de la tierra y en el aire que respiran nuestras verduras.

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