Una nave espacial de la NASA se está preparando para visitar la superficie cubierta de rocas del asteroide Bennu el 20 de octubre.
En un estudio de 'Science' del Southwest Research Institute presentan imágenes y espectros de alta resolución del sitio de muestra principal de 'OSIRIS-REx', un cráter apodado Nightingale. Identifican venas brillantes en algunas de las rocas del área, con distintas absorciones de infrarrojos, lo que sugiere que son minerales de carbonato. Las venas se habrían formado por reacciones con el agua que fluye en el asteroide padre de Bennu, durante el Sistema Solar temprano
Osiris-Rex viajará hasta el sitio de muestreo de Nightingale, un área rocosa de 16 metros de diámetro en el hemisferio norte de Bennu, durante unos segundos y recolectará una muestra de las rocas y polvo del asteroide.
Será la primera vez que la NASA coja muestras de un asteroide. Se espera que la nave espacial traiga muestras a la Tierra en 2023.
Los científicos están ansiosos por estudiar el material de un asteroide rico en carbono como es el Bennu, que podría contener evidencia que se remonta al comienzo de nuestro sistema solar hace 4.500 millones de años.
"Uno de los aspectos del programa científico OSIRIS-REx es comprender estos asteroides oscuros y de baja reflexión e intentar inferir su composición a partir de esa información", explica Dante Lauretta, uno de los investigadores principales de OSIRIS-Rex en la Universidad de Arizona, Tucson.
El explorador robótico Osiris-Rex llegó a Bennu en diciembre de 2018, su primer visitante en miles de millones de años.
Bennu se considera un asteroide potencialmente peligroso. Eso significa que podría chocar contra la Tierra dentro de unos años.
En el peor de los casos, Bennu excavaría un cráter durante una llamada cercana proyectada en unos 150 años.
Lauretta indica que "parte de nuestra investigación científica se trata de comprender su trayectoria orbital, refinar la probabilidad de impacto y documentar sus propiedades físicas y químicas para que las generaciones futuras puedan desarrollar una misión de mitigación de impacto si es necesario".
Osiris-Rex tiene como objetivo recolectar al menos 60 gramos de polvo y grava.
La nave espacial no aterrizará, sino que utilizará un brazo mecánico de diez pies (tres metros) para aterrizar momentáneamente y aspirar partículas.
El brazo robótico se llama 'TAGSAM' o Mecanismo de adquisición de muestras Touch-and-Go.
La NASA ha realizado dos ensayos. El segundo, en agosto, vio a la nave alcanzar una altitud de aproximadamente 131 pies (40 m) sobre el sitio de la muestra, antes de ejecutar una combustión de retroceso.
"Por lo tanto, años de planificación y arduo trabajo por parte de este equipo se reducen esencialmente a poner el TAGSAM en contacto con la superficie durante solo 5 a 10 segundos", explica el gerente adjunto del proyecto, Mike Moreau.
La NASA ha traído polvo de cometas y partículas de viento solar antes, pero nunca muestras de asteroides.
La colección, lanzándose en paracaídas hasta Utah, representaría el mayor recorrido cósmico desde que los astronautas del Apolo entregaron rocas lunares a la Tierra a finales de la década de 1960 y principios de la de 1970.